La primera definición del término carnero que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) refiere al ejemplar macho de la especie Ovis orientalis aries, cuyas hembras se conocen como ovejas.
El carnero, que se caracteriza por tener el cuerpo cubierto de lana, mide unos ochenta centímetros hasta la cruz y presenta cuernos. Por lo general el carnero es un macho que se utiliza para la reproducción y al cual, por lo tanto, no se lo somete a la castración.
Antes de cumplir dos años, a los machos de esta especie se los denomina borregos. Si al animal se lo castra, se lo pasa a conocer como capón.
En algunos países, se denomina carneros a las personas que no se suman a una huelga decidida por sus compañeros o por un sindicato. Carnero, en este marco, es sinónimo de esquirol.
Los carneros, por lo tanto, son rompe-huelgas. Muchas veces se trata de individuos que reciben dinero por parte de los empleadores para que no se adhieran a la huelga y así quitarle importancia o fuerza a la protesta. Ser acusado de carnero implica una ofensa: se vincula a la falta de valentía para realizar un reclamo y de solidaridad con el resto de los trabajadores y también hace referencia a la ausencia de escrúpulos.
El conocido escritor norteamericano Jack London, autor de obras como La llamada de lo salvaje y Colmillo Blanco, hizo pública su opinión acerca de la figura del carnero (o esquirol) en un texto que no podría ser más directo. En unas pocas oraciones dijo cosas como las siguientes: Dios lo creó con una horrible sustancia que le había sobrado de las especies más repugnantes; en lugar de corazón, el esquirol tiene un tumor de principios podridos; su cerebro está lleno de agua; es falto de coraje incluso en comparación con el propio Judas Iscariote; nada puede estar por debajo de un esquirol.
Con respecto al origen del término carnero en este sentido, es necesario comenzar con el de «esquirol», el cual surgió en Manlleu, una población barcelonesa, a mediados del siglo XIX. Por aquel entonces, la industria textil aún funcionaba por encargo, es decir que los fabricantes hacían pedidos a los tejedores, quienes hacían sus labores en sus propias casas.
Poco a poco fueron apareciendo las primeras fábricas, de la mano del trabajo asalariado, pero esto supuso una alteración en la rutina de los tejedores, y muchos se unieron en importantes huelgas. Esta situación duró hasta principios del siglo XX, y los fabricantes tomaron la decisión de convocar a obreros de localidades más próximas, especialmente de l»Esquirol, nombre por el que se conoce Santa María de Corcó. Esto dio lugar a que las personas que accedieron a trabajar a pesar de la huelga recibieran el mote de «esquiroles», el cual se esparció rápidamente por todo el país.
El término «carnero», por otro lado, se usa en América Latina, donde es mucho más frecuente que el anterior. Su origen se encuentra en un refrán popular que habla de un «carnero encantado» que fue a buscar lana y «volvió trasquilado». Es importante resaltar que estas personas no miden las consecuencias de sus decisiones, razón por la cual sus ambiciones los conducen a perjudicarse a ellos mismos y a sus compañeros; los rompehueglas no alcanzan la posición de quienes los convencen a venderse, y así quedan en un limbo donde no existen los principios y donde ya nadie los quiere ni los respeta.
Carnero, por último, es un apellido bastante usual en naciones hispanohablantes. La cantante María del Mar Rodríguez Carnero (conocida como Lamari), el poeta Guillermo Carnero, el político Jesús Julio Carnero y el futbolista Raúl García Carnero comparten este nombre.