El vocablo griego kéntauros llegó al latín como centaurus, que luego derivó en nuestro idioma en el término centauro. Se trata de un ser de la mitología cuya figura es mitad caballo y mitad hombre.
Los centauros tienen las patas y el cuerpo de un equino, mientras que el torso, los brazos y las cabezas corresponden a una persona. De acuerdo a los relatos mitológicos, se encontraban en la región de Tesalia y tuvieron un fuerte enfrentamiento con los lápitas, con quienes compartían su origen.
La guerra entre los centauros y los lápitas
El conflicto estalló cuando Pirítoo (el hijo del rey de los lápitas, Ixión) iba a contraer matrimonio con Hipodamía. En la fiesta los centauros se embriagaron y raptaron a la novia y a otras mujeres. Ante esta situación, los lápitas se unieron a Teseo y a más héroes, lucharon contra los centauros y los vencieron.
La guerra entre los centauros y los lápitas suele ser señalada como un símbolo del conflicto entre la barbarie y la civilización. Los centauros, de hecho, son mostrados como criaturas salvajes. En muchas leyendas se los describe como seres de poca constancia y falta de determinación, que a menudo miran al cielo para buscar nuevos rumbos. Existen algunas excepciones, como Quirón y Folo, dos centauros inteligentes y afables.
Representación en esculturas
Otro de los centauros que tiene una identidad bien definida, con un nombre propio y una forma de ser que lo separa del resto, es Neso, quien en un episodio de la mitología raptó a la prometida de Hércules, Deyanira. El escultor Juan de Bolonia, que vivió entre los años 1529 y 1608, creó una escultura que refleja el momento en el cual estos dos personajes se enfrentaron con violencia.
En la actualidad, la obra Hércules y el centauro Neso se puede apreciar en la plaza de la Señoría, en el corazón de la ciudad italiana de Florencia. Cabe mencionar que Juan de Bolonia concibió varias esculturas basadas en esta particular página de la mitología griega, algunas de las cuales lo muestran a Neso en el momento del secuestro, un tema que algunos de sus seguidores, como Pietro Tacca y Adriaen de Vries, trataron en más de una ocasión.
Cambios en la imagen de los centauros
En las antiguas vasijas de cerámica con motivos pintados elaboradas en la región periférica de Grecia llamada Ática, dividida en trece zonas, se pueden ver centauros que de frente tenían un aspecto absolutamente humano, con piernas, mientras que en su parte trasera se encontraban el torso, las ancas y las patas de caballo que tanto los caracterizan.
Un tiempo más tarde, la imagen del centauro fue adoptando las características que le damos hoy en día, o sea, forma de ser humano hasta la cintura, y de caballo en el resto del cuerpo. Su aspecto no sólo llamó la atención de los antiguos artistas plásticos, sino que también ha dado lugar a un sinfín de creaciones más recientes, tanto en el campo de la escultura, como en el de la pintura, las historietas, los dibujos animados, las películas de animación y los videojuegos, donde no siempre mantienen de forma estricta sus rasgos originales pero al menos respetan la peculiar fusión entre ser humano y equino.
Otros usos del término
En el ámbito de la astronomía, se denomina centauros a cuerpos menores que se encuentran en el sistema solar y que actúan como cometas y como asteroides. Su órbita la desarrollan entre Neptuno y Júpiter.
Por otra parte, Centauro (o Centaurus) es una constelación de la Vía Láctea. Su estrella más brillante es Alfa Centauri, ubicada a 4,4 años luz de nuestro planeta.
Centauro, por último, es el nombre de un vehículo de combate originario de Italia, que se destaca por su blindaje de acero.