Con origen etimológico en el vocablo latino scintilla, la idea de centella se puede emplear para nombrar a una chispa o un rayo. Cabe destacar que las chispas son partículas que están encendidas, mientras que los rayos son chispas eléctricas o líneas de luz.
Por ejemplo: “Una centella provocó la muerte de decenas de ovejas”, “Las centellas y los relámpagos iluminaron el cielo”, “El niño se sorprendió al descubrir una centella entre las nubes”.
En este contexto, la noción suele emplearse para referirse a un fenómeno que ocurre en el marco de una tormenta eléctrica. Se trata de una luminosidad de forma esférica que se mantiene en el cielo, a diferencia de los rayos más frecuentes.
En el lenguaje coloquial, se nombra como centella a alguien o algo que se desplaza con rapidez: “El automovilista atravesó la meta como una centella”, “El joven, como una centella, se levantó y llegó hasta la puerta en una fracción de segundo”.
La expresión “rayos y centellas”, por otra parte, se utiliza para maldecir o expresar preocupación o temor: “¡Rayos y centellas! El prisionero se ha escapado”, “¡Rayos y centellas! ¡El vehículo se ha quedado sin frenos!”.
Centella, por otro lado, es el nombre de un género de plantas que pertenece al grupo familiar de las apiáceas. Existen decenas de especies conocidas como centella: una de las más populares es la centella asiática, también conocida como Gotu kola.
Empleada como hierba medicinal, a la centella asiática se le atribuyen numerosas propiedades curativas que benefician nuestro organismo. Se originó en la India y se encuentra principalmente en zonas húmedas, las más adecuadas para su crecimiento y su desarrollo.
La medicina tradicional lleva utilizando la centella asiática desde hace más de tres milenios, y algunas de las razones son las siguientes:
* cuenta con propiedad astringente, antiséptica, antiinflamatoria, antioxidante, antiulcerosa, antimicrobiana, dermoprotectora y cicatrizante;
* se usa para la prevención de la celulitis, así como para su eliminación, y es uno de los productos naturales que mejores resultados da en estos casos;
* sirve para combatir el nerviosismo y la ansiedad;
* es un eficaz remedio contra la caspa;
* dado que promueve la fabricación de colágeno, es muy común su uso para retrasar el envejecimiento de la piel;
* complementa adecuadamente los tratamientos para trastornos de la concentración y mejora la memoria;
* puede usarse como colutorio para enjuagar la boca y combatir diversas infecciones;
* es un buen estimulante de la circulación sanguínea, ideal para evitar o minimizar la aparición de hemorroides, varices y flebitis.
La lista de beneficios es aún más extensa, y no debe olvidarse que se trata de una planta muy versátil, ya que puede aplicarse para uso interno o externo. Como en cualquier otro caso, antes de escoger la forma farmacéutica es necesario evaluar la patología o condición e informarnos acerca de la más adecuada para tratarla.
Una de las formas más comunes es la infusión, que se puede preparar fácilmente haciendo uso de hojas secas de centella asiática, aproximadamente entre 5 y 10 gramos pare 750 mililitros de agua; este preparado debe dosificarse a lo largo de todo el día. Si uno de los problemas a tratar es el insomnio, se recomienda beber una taza de esta infusión antes de dormir.
También es posible comprar esta planta en forma de cápsula con polvo seco, el cual suele provenir de las hojas aunque a veces se incluye el tallo. En este caso, se aconseja tomar una o dos cápsulas por día (cada una aporta entre 300 y 500 miligramos de producto).
Para uso externo, es posible preparar emplastos y cataplasmas con centella asiática, o bien incluirla en la preparación de jabones, pastas dentales, enjuagues bucales, lociones, cremas, champús, geles y colirios, entre otros productos.