El término chévere tiene múltiples usos que varían de acuerdo a cada región. En algunos países, chévere es un adjetivo que se emplea para calificar a lo excelente, agradable o bonito.
Por ejemplo: “¿En serio has ganado el primer premio? ¡Chévere!”, “Este lugar es bien chévere”, “Pasamos un momento chévere en la casa de mis tíos”.
Chévere también puede ser alguien que es tolerante, complaciente, considerado o piadoso: “Mi jefe es chévere: hace dos años que trabajo con él y nunca lo he visto enojado”, “El profesor del año pasado era chévere, pero el actual no”, “¿Qué te ha pasado, Joel? Antes eras chévere”.
La idea de chévere, en definitiva, se emplea en diversos contextos y con distintos matices. Una persona puede responder que se encuentra “chévere” cuando otro sujeto le pregunta cómo está. Si alguien quiere enfatizar lo positivo de algo o de alguien, puede usar el término cheverísimo: “¡Este es un regalo cheverísimo! Muchas gracias por haberte acordado de mi cumpleaños”.
El concepto, por otra parte, aparece en la denominación de varios productos y obras. Hay estaciones de radio de Venezuela, Perú y El Salvador que se denominan Chévere. En Argentina, existe la cervecería Chévere. El Chévere, por otra parte, es un restaurante de Nueva Jersey (Estados Unidos).
Chévere Estudio, Chévere Fitness & Eventos, Mérida Chévere, Club Salseando Chévere… Como se puede advertir, una gran cantidad de emprendimientos llevan en su nombre esta palabra que siempre tiene una connotación positiva. Al evocar cuestiones agradables o felices, su uso se multiplica en marcas, empresas, negocios, etc.
Este término entra en la categoría de los que se cuelan en muchos países a través de los medios de comunicación y permiten que algunas personas accedan a una pequeña porción de otra cultura, aunque no puedan comprenderla al cien por ciento. En las partes de América Latina donde no se usa «chévere», conocen esta palabra y pueden entender su significado básico, ya que la han oído un sinfín de veces en telenovelas y películas, además de haberla leído en muchas de las grandes obras de la literatura del continente.
En España, por ejemplo, muchas personas nacidas en las décadas anteriores a la de 1980 se familiarizaron con este término a través de una canción de Gaby, Fofó y Miliki en cuyos versos se repetía como un sonido alegre que ayudaba a acentuar el ritmo. Estos tres artistas eran los creadores de la compañía conocida como Los Payasos de la Tele, la cual continuaba con la herencia familiar, que data del siglo XIX. Muchas de sus canciones llegaron a niños y adultos de varias partes del mundo, y quedaron grabadas en su memoria para siempre, como El auto de papá, La gallina turuleca y Hola, don Pepito.
A grandes rasgos, si buscamos un lenguaje neutral, podemos decir que algunos de los sinónimos del término «chévere» son «genial, buenísimo, perfecto, precioso y divino», entre otros. Cuando nos sorprenden positivamente con una noticia o un regalo, cuando conocemos un sitio que nos encanta o tras experimentar una situación muy agradable solemos apelar a estos y otros calificativos para que los demás sepan que nos sentimos muy bien, muy a gusto.
En cada idioma, en cada cultura, existen puntos de encuentro a la hora de expresarnos que nos demuestran la poca importancia que tienen los muros. Esto también ocurre entre diferentes especies, ya que compartimos necesidades, sensaciones y sentimientos con muchos de nuestros compañeros terrestres. Cuando nos sentimos felices o satisfechos es natural intentar compartir nuestro tiempo con otros seres vivos, para potenciar nuestro bienestar y contagiarlo. Sea que usemos o no la palabra «chévere», las sensaciones que evoca son comunes a todas las personas y animales.