La ciberadicción es la dependencia de Internet en detrimento del mundo real.
Ciberadicción es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, es posible comprender su significado si analizamos cómo está formada la palabra.
Ciber- es un prefijo que hace referencia a un vínculo con redes informáticas. Una red informática, en tanto, se forma a partir de la interconexión de un conjunto de equipos que intercambian información. En cuanto a una adicción, se trata de la dependencia de actividades o sustancias que dañan la salud mental y/o física.
TemasDependencia informática
El concepto de ciberadicción, de este modo, hace alusión a la dependencia de una red informática. En concreto se asocia al trastorno que sufre una persona cuando hace un uso desmedido de Internet.
La ciberadicción supone que el individuo pasa todo el día conectado a Internet a través de su computadora (ordenador), tableta, teléfono u otro dispositivo. Esta realidad afecta su vida cotidiana, interfiriendo con las relaciones sociales, las obligaciones laborales o académicas, etc.
Patología y debate
Es importante señalar que la existencia de la ciberadicción como patología suele ser motivo de debate. Hay quienes sostienen que el uso compulsivo de Internet es un efecto de otro trastorno psicológico y no una adicción en sí misma ni el origen de una patología.
Más allá de su aceptación como cuadro clínico o no, se entiende que una persona sufre una ciberadicción cuando se aleja del mundo real para sumergirse en el virtual, padece dispersión de atención, pierde la noción del tiempo, quita horas a su descanso para seguir conectada y se pone de mal humor o angustiada cuando, por algún motivo, no puede estar online.
Causas
Independientemente de la categoría en la que podamos enmarcar la ciberadicción, sí podemos identificar una serie de causas para tal tendencia o comportamiento. En primer lugar, debemos recordar que Internet nos proporciona un universo diferente, con herramientas que por el momento resultan imposibles en el mundo real, como ser el anonimato y la total modificación del propio aspecto físico. Detrás de la pantalla podemos escoger nuestro género u ocultarlo, declarar cualquier edad, etnia e incluso hacernos pasar por personas de otra nacionalidad.
Para una persona con problemas que le impidan relacionarse fluidamente con sus pares, el mundo virtual es sin lugar a duda extremadamente tentador. Entablar una conversación cara a cara con un desconocido, o incluso con nuestros vecinos puede ser muy difícil para algunos, pero las posibilidades antes citadas que nos brinda Internet vuelven todo considerablemente más fácil, y puede acarrear cambios drásticos en la imagen que damos de nosotros mismos.
La ciberadicción no se da porque sí, por «no tener nada mejor que hacer», sino en todo caso por no saber hacer algo mejor con nuestras herramientas reales. La inseguridad típica de la adolescencia, la falta de energía que conlleva una depresión a cualquier edad o los conflictos con la propia identidad sexual, entre otros problemas, pueden llevarnos a buscar refugio en las redes informáticas, donde podemos ocultarlos y presentarnos como seres normales o, ¿por qué no?, excepcionales. Una vez que saboreamos la aceptación que tanto ansiamos en el mundo real, es casi imposible rechazarla.
La falta de atención y la irritabilidad son dos signos de ciberadicción.
Signos
Para saber si convivimos con personas que sufran la ciberadicción, debemos estar atentos a los siguientes signos de alarma:
* sacrificio del descanso en pos de la conexión a Internet;
* falta de atención a cuestiones consideradas importantes, como ser el trabajo, el estudio o las relaciones interpersonales;
* dispersión o falta de interacción con el entorno, por estar pensando en la red durante todo el día;
* irritabilidad anómala, sobre todo en personas que solían ser tranquilas;
* euforia repentina cada vez que surge la oportunidad de conectarse a Internet.
