Una ciencia auxiliar es aquella que funciona como soporte de otra ciencia para que ésta cumpla con sus metas y objetivos. Se trata de disciplinas científicas que pueden complementar a una ciencia en ciertos casos específicos.
Aunque el término puede referirse a distintas ciencias, la noción de ciencias auxiliares se encuentra estrechamente vinculada a la historia. Por eso hay casos en que la mención a las ciencias auxiliares hace referencia explícita a las ciencias auxiliares de la historia.
Cuáles son las ciencias auxiliares de la historia
La arqueología, el derecho y la etimología son algunas de las ciencias auxiliares que aportan documentación o fuentes de análisis al historiador. Se trata, en la mayoría de los casos, de ciencias autónomas y que cuentan con sus propias metodologías, lo que hace que la idea de ciencia auxiliar no sea exacta y, por tal motivo, haya caído en desuso.
Todo ello sin olvidar que también existen otras disciplinas que también se pueden catalogar como ciencias auxiliares de la historia. Este sería el caso, por ejemplo, de la cronología, la geografía, la iconografía, la heráldica, la paleontología, la geología, la etnografía o la papirología.
Clasificación según su desarrollo
No obstante, todas las citadas podemos establecer que se agrupan en dos conjuntos: la ciencias auxiliares mayores, que se encuentran al mismo nivel que la historia en cuanto a grado de desarrollo, y las ciencias auxiliares menores, que básicamente se encargan de comprobar fuentes de información.
Estas disciplinas auxiliares ayudan a que el historiador pueda analizar documentos o reliquias y, de esta manera, conocer su origen histórico, extraer datos y generar nueva información. La colaboración de especialistas (por ejemplo, de un arqueólogo) resulta imprescindible en muchas situaciones.
Varias de las ciencias auxiliares fueron desarrolladas a partir del estudio de cuestiones que varían con el paso del tiempo (como la cronología), mientras que otras surgieron a partir de la comparación entre distintas realidades o factores (como la historia del arte o la historia del derecho).
Cabe destacar que al registro escrito de la historia se lo conoce como historiografía. Por lo tanto, la historiografía constituye la epistemología de la historia.
Otras ciencias auxiliares
No obstante, también existen otras disciplinas, además de la historia, que también cuentan con sus propias ciencias auxiliares. Este sería el caso, por ejemplo, del Derecho Penal. En su caso se consideran disciplinas respaldos de aquella la medicina legal, la criminalística, la estadística criminal o la psiquiatría forense.
La citada medicina legal es la que se encarga de dictaminar las causas de la muerte de una persona mientras que la criminalística es la que, a través de procedimientos determinados, lleva a cabo lo que es la recopilación de evidencias y de elementos de diversa tipología que permitan identificar claramente al autor de la citada muerte o acto delictivo.
La estadística criminal, por su parte, podemos establecer que es aquella ciencia auxiliar del Derecho Penal que tiene como objeto de trabajo la determinación cuantitativa de los índices de criminalidad en una zona determinada. Y finalmente, la psiquiatría forense podemos establecer que es la disciplina que acomete el estudio del comportamiento del delincuente en sí con el claro objetivo de determinar si existen determinadas ideas o elementos en su cabeza que le impidan darse cuenta de la gravedad de los hechos.