Claxon es un término que se utiliza en España, México y otros países para hacer referencia a una bocina eléctrica. El concepto proviene de Klaxon, una marca registrada.
La primera acepción de bocina que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario alude a un utensilio cónico que permite reforzar el sonido que se emite. En el caso específico de los vehículos, la bocina es un dispositivo electrónico o mecánico que hace posible la emisión de señales acústicas.
Evolución del claxon
En sus orígenes, el claxon era un instrumento que constaba de una pera hecha de goma y de una trompeta. Cuando se apretaba la pera, salía aire expulsado a través de la trompeta, generándose de este modo el sonido.
Los primeros automóviles apelaban a este claxon para producir señales acústicas que servían como advertencia. Así era posible dar aviso a los peatones o a otros automovilistas de determinadas maniobras, situaciones, etc.
Desde los años ’20, de todos modos, los coches empezaron a contar con un claxon que funciona con energía eléctrica. La señal acústica, en este marco, ya no se crea con la salida de aire por una trompeta.
Hoy el claxon suele activarse a través de un botón que se encuentra en el centro del volante. Cuando el conductor aprieta dicho botón, se produce un contacto que lleva la electricidad desde la batería del automóvil hasta la bocina, donde un electroimán recibe la corriente y atrae a un componente metálico que está vinculado a una membrana. La vibración de la membrana en cuestión emite el sonido.
Uso adecuado
El claxon es un elemento de seguridad. Su finalidad es alertar a peatones o a otros conductores de un peligro, poniéndolos en aviso de la situación mediante la señal sonora.
Supongamos que un automovilista está a punto de pasar por un cruce cuando observa que una persona se dispone a cruzar el camino sin mirar hacia los costados. Si el conductor no está en condiciones de frenar para permitir el paso del peatón, debe usar el claxon para que el sujeto que circula a pie advierta lo que sucede.
En caso de que un vehículo esté trasladando a alguien en una urgencia (por ejemplo, dirigiéndose a un hospital), el claxon debe combinarse con luces de emergencia para que los otros coches le concedan la prioridad de paso.
El claxon y la contaminación acústica
En los entornos urbanos, sobre todo en las ciudades más grandes, es habitual que se registre un elevado nivel de contaminación acústica. El ruido excesivo atenta contra la salud y contra el bienestar de los ciudadanos, con lo cual es importante no sumar sonidos estridentes sin sentido.
En este marco, muchas veces el uso del claxon es indebido. Incluso, en algunas legislaciones, se encuentra castigado con multas si la utilización no se encuentra justificada.
El claxon no debe usarse para apurar o dar prisa a otros conductores. Tampoco se tiene que emplear a modo de protesta ni para saludar. Aunque en dichas situaciones muchos individuos tienen la costumbre de tocar la bocina, la práctica está desaconsejada o hasta prohibida, según el caso.