Coaching de vida es la denominación que recibe una disciplina, conocida en inglés como Life Coaching, que ofrece herramientas en pos del desarrollo personal de aquellos que desean conocerse con mayor profundidad para ir cumpliendo metas y objetivos.
Se trata de un método de entrenamiento en el cual el coach (o guía) acompaña y ayuda a quien está en busca de la plenitud y aspira al empoderamiento desde la autorrealización. Como trabaja con la individualidad y persigue la transformación personal, la esencia de esta filosofía es personalizada y práctica, encaminando todos los esfuerzos hacia la obtención de resultados.
Para tener un óptimo desempeño como coach conviene reunir cualidades especiales para dar motivación, respaldo y ánimo. Asimismo, para brindar la mejor asistencia posible son fundamentales la capacitación profesional, la preparación y la experiencia. La empatía, el poder de escucha activa, la destreza en materia de comunicación clara, la inteligencia emocional, la vocación de servicio y la sensibilidad, por ejemplo, son habilidades imprescindibles a la hora de trabajar como coach de vida. Éste, , de igual modo, debe desenvolverse con ética, responsabilidad, integridad, respeto y confidencialidad.
Características del coaching de vida
El coaching de vida se caracteriza por propiciar el autoconocimiento. Teniendo conciencia acerca de las virtudes, los defectos, las fortalezas, los valores, las creencias, los puntos débiles y el potencial que uno tiene, el sujeto es capaz de poder modificar o mejorar todo aquello que se propone sobre sí mismo.
Junto al fomento de la independencia, esta disciplina incentiva los vínculos interpersonales bajo los pilares de la honestidad, la confianza y la comunicación. Busca, asimismo, ser una fuente de inspiración y seguridad para que las personas se animen a afrontar riesgos y a reinventarse tras fallar o fracasar por ciertas decisiones.
La capacidad de adaptación y la flexibilidad son otros rasgos distintivos del coaching de vida, disciplina que pone la lupa en la esfera personal con la idea de ayudar y facilitar el proceso de desarrollar un plan de vida y conseguir la superación personal.
Beneficios
De acuerdo a los especialistas en coaching de vida, la salud mental mejora considerablemente cuando se apuesta por esta metodología. Al conseguir claridad mental a partir del acompañamiento del coach y al abrazar el bienestar a medida que van superándose obstáculos y cumpliéndose objetivos, los clientes fortalecen su autoestima y alcanzan una gran satisfacción personal.
En épocas de transiciones o de fuertes presiones, consideran aquellos que conocen este recurso y confían en su poder transformador, solicitar los servicios de un coach de vida puede ser útil para transitar esos periodos de la mejor manera posible. Así, pues, se obtiene un sostén y un guía que, con preguntas precisas, un feedback constructivo y técnicas puntuales, facilita procesos de toma de decisiones o de resolución de conflictos.
Limitaciones del coaching de vida
Si bien se le reconocen numerosas ventajas al coaching de vida, existen múltiples limitaciones o cuestiones desfavorables en relación a esta disciplina.
En primer término, es importante saber y tener siempre presente que un coach de vida suele tener una formación profesional más acotada comparada con la capacitación de un psicólogo. Hay diferencias entre pedirle asistencia a un coach e ir a sesiones de terapia psicológica, por eso no hay que confundir ambas posibilidades dado que no son lo mismo. El método del coaching se encamina a concretar objetivos previamente identificados por un individuo y a resolver dificultades o problemas con rapidez, buscando buenos resultados en un tiempo corto.
Tampoco hay que perder de vista que el coaching de vida no soluciona mágicamente los inconvenientes. No siempre sirve esta opción, sobre todo en casos de falta de compromiso, confianza y ganas por parte de la persona que ha contratado a un coach.
Cuando las expectativas son muy altas o los coaches de vida no ejercen su función de manera adecuada, esta alternativa pierde credibilidad porque el coaching de vida no llega a satisfacer o a convencer. Antes de entregarse a esta metodología, por lo tanto, conviene tener en claro cuáles son los principios de esta disciplina, cuál es el rol del coach y qué efecto genera esta actividad. Mientras puede ser una aliada de unos que perdieron momentáneamente el rumbo y necesitan motivación para culminar sus estudios académicos, otros que llegan a ella esperando progresar en materia de establecer y mantener relaciones personales saludables sin hacer ningún esfuerzo tal vez sientan que esta filosofía carece de sentido y utilidad.
Los costos de esta clase de servicios, la falta de regulaciones sobre estas prácticas (y, por ende, la desprotección de la comunidad frente a personas que, tal vez, se presentan como coaches sin estar debidamente preparados para esa función) y la dependencia que puede llegar a experimentarse en casos de gente que sienta inseguridad de actuar sin la aprobación de su entrenador o guía personal son otras desventajas asociadas al coaching de vida.