Código de conducta es el nombre de una herramienta que sirve en numerosos ámbitos para establecer lineamientos y pautas que deben ser cumplidos y respetados de manera obligatoria.
Esta expresión, según se deduce de la teoría, engloba a normas y regulaciones que se adoptan en empresas, entidades, asociaciones y organismos públicos a fin de mantener entre todos los integrantes de un ente un cierto comportamiento o una manera de proceder corporativamente.
Es un concepto presente en múltiples ramas del Derecho, teniendo aplicaciones e identidad propia en los segmentos del Derecho de la Competencia, Administrativo, Internacional Privado y Mercantil.
El documento concebido para constituirse como un código de conducta debe redactarse con claridad y precisión con el objetivo de especificar cómo debe actuar el personal y favorecer un óptimo desempeño en materia de organización.
Propósitos del código de conducta
Los propósitos de un código de conducta se orientan a lograr un buen clima laboral, a una convivencia armoniosa basada en el respeto y a garantizar que no se vulneren los derechos de nadie, siempre adaptándose a las leyes vigentes en la nación correspondiente a dicha publicación.
El contenido, elaborado con lenguaje formal, tiene que detallar reglas, medidas, criterios y valores que aseguren un ambiente de trabajo seguro y la ética profesional. Además, debe servir como guía de comportamiento para prevenir faltas y delitos, llevando a cada integrante de la compañía u organización a desenvolverse a tono con el código de ética de la corporación.
De esta manera, hay espacio en esta clase de escritos para todas las acciones y reacciones que se asienten en el profesionalismo y la integridad. Se suele exigir en este texto cortesía, responsabilidad, transparencia y honestidad, más allá de buscar salvaguardar la privacidad mediante la confidencialidad, la protección de datos y las interacciones no invasivas. Al mismo tiempo, se deja en claro que cualquier comportamiento inapropiado será objeto de una sanción.
El sentido común indica que jamás debe avalarse, justificarse ni perdonarse en el sector público ni en el privado (ni en ningún lugar) actos como los acosos, la violación de los derechos humanos o hechos de discriminación, por enumerar algunos.
Más allá de servir para indicar cuáles son los comportamientos permitidos y cuáles están prohibidos, el código de conducta puede aprovecharse para mencionar normas de vestimenta y explicar cómo gestionar y afrontar un eventual conflicto de intereses.
Elaboración, gestión, implementación y alcances del documento
Es esencial, para un resultado adecuado del código de conducta, que se destine tiempo, compromiso y trabajo a la elaboración, la gestión, la implementación y la evaluación de los alcances de ese documento.
Se sugiere, en primer término, conformar un comité o una junta con autoridades y representantes de áreas encargadas de los recursos humanos y las cuestiones jurídicas. Lo ideal es constituir un grupo que posea una cantidad impar de integrantes para facilitar el proceso de votación.
Es valioso, además, invitar a cada integrante de la compañía o del organismo donde se confeccione el material (independientemente del puesto o jerarquía de los trabajadores) a aportar ideas y sugerencias.
La comisión a cargo de la redacción debe analizar las propuestas, seleccionar a las más enriquecedoras y adecuadas e incorporarlas al texto general, del cual primero se hace un borrador. Entre los aspectos a discutir y resolver figura la política disciplinaria a implementar al detectarse incumplimientos o faltas, es decir, qué sanciones por violaciones del código de conducta habrá y de qué manera serán aplicadas. Tras debatir cada ítem y llegar a un acuerdo general adquiere protagonismo la instancia de la aprobación y firma. A continuación hay que difundir y comunicar la obra por canales y métodos oportunos.
A lo largo del tiempo, el desarrollo de reuniones y el envío de comunicados internos servirán para recordar este contenido. Y de contratar a nuevos empleados o sumar miembros al equipo de una organización sin fines de lucro, junto al contrato se le debe hacer leer y firmar una copia del código ético y de conducta. Lejos de archivarse, el código de conducta necesita ser puesto en valor, de cumplimiento efectivo y ser sometido, cada cierto periodo de tiempo, a un plan de revisión y actualización.
Beneficios del código de conducta
Implementar y hacer cumplir un código de conducta en un entorno laboral tiene múltiples beneficios.
Gracias a él se reafirman, consolidan y comunican las políticas empresariales, se fortalece el orden, se estimula la toma de decisiones éticas y se mejoran los vínculos sociales.
Se favorece, incluso, la cooperación, un punto clave para el éxito de la modalidad de trabajo en equipo y se garantiza que tanto la visión como la misión corporativas puedan implementarse en el día a día.
A grandes rasgos, este aliado del combo basado en armonía, salud y bienestar en el trabajo constituye una gran herramienta para instaurar buenas prácticas de empleo y convivencia, sumado a su utilidad para marcar la identidad y el compromiso enmarcados en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).