La cohesión social se basa en acuerdos comunes entre los ciudadanos.
La cohesión social es la unión o el acuerdo que mantienen los integrantes de una sociedad. El concepto refiere a los valores compartidos, el sentido de pertenencia y la cooperación entre los miembros de la comunidad, entre otras cuestiones.
Antes de avanzar, es importante indicar que la idea de cohesión refiere a la adhesión, el enlace o la integración entre distintos elementos. Social, en tanto, es aquello vinculado a la sociedad: el conjunto de personas que viven en un mismo territorio bajo reglas en común.
El concepto de cohesión social, por lo tanto, se vincula a la fortaleza del lazo que existe entre los habitantes de una ciudad o un país. Cuando la interacción social es acotada, no existe el respeto mutuo y no hay identidad colectiva, la cohesión es reducida. Por el contrario, si se registra una intensa participación ciudadana en la vida política y cultural, el compromiso cívico está presente y los vínculos comunitarios son sólidos, la cohesión social resulta elevada o fuerte.
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ResumenImportancia de la cohesión social
De acuerdo a sociólogos, politicólogos y filósofos, la cohesión social es clave en una comunidad. Una ciudadanía cohesionada es más probable que logre una convivencia pacífica y que se organice de manera democrática. Por lo tanto, a mayor cohesión social, mayor bienestar general.
Por eso es importante favorecer la cohesión social y trabajar en pos de la unión de los ciudadanos. Si las personas no reconocen al vecino como un par, no respetan las normas de convivencia y se guían por el individualismo, la comunidad no será cohesionada y abundarán los conflictos sociales.
La solidaridad es imprescindible para que haya cohesión social. Lo mismo puede decirse de la inclusión y la equidad. Una sociedad desigual, sin reconocimiento de diversidades y que no apuesta por el diálogo, tendrá elevados índices de violencia y un acotado bienestar general.
La empatía y la tolerancia son necesarias para la cohesión social.
Cómo se construye
La cohesión social no es espontánea, sino que debe construirse. Es necesario que el Estado se involucre y que la sociedad civil también actúe en favor de esta construcción.
Puede afirmarse que, en una sociedad cohesionada, el conjunto aspira al bienestar colectivo. Por eso los individuos buscan minimizar la marginación y la exclusión y ejercen la solidaridad. Con cohesión social, aumentan las posibilidades de alcanzar o mantener la paz social, la estabilidad política y el desarrollo sostenible.
Según los especialistas, la cohesión social se cimienta en tres valores: la inclusión social, el capital social y la movilidad social. Defender y fomentar esos valores, pues, es el camino para la edificación de la cohesión social.
La inclusión social se logra cuando todas las personas pueden participar de la vida política, social y económica bajo las mismas condiciones. El capital social, por otro lado, se sustenta en la confianza, tanto hacia los demás como hacia las instituciones. Por eso se lo vincula al sentido de pertenencia. La movilidad social, finalmente, alude a las chances de progreso.
La política, como se puede advertir, es el mecanismo elemental para impulsar la cohesión social. Un gobierno puede avanzar en ese sentido mediante las medidas que aplica, brindando protección social, redistribuyendo la riqueza y generando oportunidades de ascenso para todos los ciudadanos.
La aceptación de las normas sociales es imprescindible para que haya cohesión social.
Ejemplos de cohesión social
Podemos encontrar un ejemplo de cohesión social en las masivas manifestaciones que se dieron en Argentina en abril de 2024 para defender la educación pública. El presidente Javier Milei, quien asumió en diciembre de 2023 con un alto índice de aprobación, había expresado su voluntad de aplicar un fuerte recorte presupuestario a las universidades estatales, que incluso pondría en riesgo su funcionamiento o forzaría un arancelamiento de sus servicios. Pese a que en general una gran parte de la población se mostraba entonces a favor de Milei, ese tema puntual provocó un rechazo masivo. Por eso puede decirse que se trató de una muestra de cohesión social: hay un consenso en la sociedad argentina sobre la importancia de defender la educación pública. Por supuesto que el consenso no es absoluto e incluso en la cohesión social hay individuos que se oponen a la posición mayoritaria.
La cohesión social también suele aflorar frente a una catástrofe natural. Ante un terremoto, un huracán u otro fenómeno con miles o millones de damnificados, lo habitual es que se reaccione con solidaridad y que la sociedad en conjunto tienda a asistir a los damnificados. En estos momentos las diferencias quedan en un segundo plano y se privilegia la ayuda a quien lo necesita. Son, pues, instancias de una fuerte cohesión social.
Otro ejemplo de cohesión social surge cuando se produce un reclamo masivo de justicia. Esto puede apreciarse en muchos países con el movimiento que lucha por la igualdad de género y que exige el fin de la violencia machista. En la última década, la causa feminista creció hasta conseguir una enorme cantidad de defensores y hoy, al menos en numerosas naciones occidentales, hay cohesión social sobre la importancia de tomar medidas contra los femicidios y la discriminación hacia la mujer.
El problema del individualismo
Muchos analistas consideran que el principal enemigo de la cohesión social es el individualismo exacerbado. Cuando las personas piensan únicamente en su propio beneficio, sienten que el otro es un competidor o alguien que puede hacerles daño y no tienen interés en los resultados colectivos, la comunidad pierde cohesión.
Esta problemática está asociada al propio avance de la modernidad. En la Antigüedad, la comunidad prevalecía sobre el individuo. Esas sociedades más rudimentarias se sostenían en valores compartidos y lazos fuertes. La sociedad moderna, en cambio, se centra en el individuo. La conciencia colectiva perdió fuerza y las personas entienden el mundo de acuerdo a su conciencia individual.
Si bien el individualismo contribuyó al progreso y a una mayor libertad, también incentivó el aislamiento y la alienación. El aumento de la inseguridad, por ejemplo, es una de las consecuencias de esta realidad. Se necesita reforzar la cohesión social y los vínculos sociales para aspirar a un bienestar grupal: en una sociedad con millones de excluidos, es imposible que haya paz, ni siquiera para los sectores privilegiados.
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