El término colchón alude a un elemento de forma rectangular que se fabrica con materiales elásticos o blandos y que, situado sobre algún soporte, permite que una persona se recueste y descanse en él. Existen colchones de diferentes tamaños y hechos con diversos materiales.
Los primeros colchones eran fundas que se rellenaban con lana, hojas u otros materiales orgánicos. Estas piezas tenían la desventaja de atraer pulgas, ácaros y otros insectos. Con el paso de los años surgieron los colchones de aire, los colchones de agua, los colchones de muelles, los colchones de espuma y los colchones de látex.
Actualmente lo habitual es que el colchón se coloque sobre una cama o un somier. El colchón se protege con una sábana para que la persona se acueste, situando su cabeza sobre una almohada. Para evitar sentir frío, puede taparse con mantas o frazadas.
De la calidad del colchón depende casi exclusivamente el bienestar de sus usuarios, y por eso es importante escoger el más adecuado. No podemos gozar de buena salud si no dormimos la cantidad de horas adecuadas sobre una superficie cómoda, pero cada persona tiene necesidades diferentes, dadas las características de su cuerpo, como ser la forma de la espalda y su circulación sanguínea.
En la actualidad existen varios tipos de colchones que pueden adaptarse a las distintas necesidades de cada uno, aunque tienen limitaciones, y por eso es importante conocerlas antes de decidirse a comprar uno u otro. El colchón viscoelástico, por ejemplo, lo desarrollaron los ingenieros de la NASA con el propósito de aliviar la presión sobre el cuerpo y evitar al máximo la tensión de los músculos.
Las características del colchón viscoelástico lo vuelven ideal para personas con problemas musculares, dolores crónicos e incluso para quienes se encuentran atravesando el periodo de recuperación de una operación quirúrgica, por ejemplo. Para los pacientes que deben permanecer postrados durante largo tiempo existen los colchones antiescaras, los cuales se complementan con una camilla de varias posiciones.
Es importante señalar que los colchones no solamente se fabrican para uso de los seres humanos, sino que también pueden servir para algunos animales domésticos, principalmente para perros y gatos. En estos casos, se compran en tiendas para animales, supermercados o bazares, y los precios son considerablemente menores a los otros, aunque algunos pueden alcanzar montos bastante altos.
El colchón, como producto, suele ser caro, independientemente de su tipo y tamaño. Si bien existen alternativas económicas para bolsillos más ajustados, se trata de un artículo que se compra una vez cada varios años, y esta baja frecuencia es la que los fabricantes intentan compensar con los precios.
En algunas ciudades, especialmente en las más avanzadas, es costumbre dejar en ciertos puntos de la vía pública todos aquellos productos que ya no se usan, incluyendo muebles, electrodomésticos e incluso colchones. Por cuestiones de higiene, no se recomienda recoger un colchón de la calle, por buenas que sean sus condiciones, pero las personas con menos recursos económicos muchas veces se ven obligadas a aprovechar estas oportunidades y las agradecen enormemente.
También se llama colchón a una capa blanda que cubre algo o que se usa como base para colocar otra cosa arriba. Por ejemplo: “El chef sirvió la carne sobre un colchón de acelga hervida”, “La torta consiste de un colchón de frutos rojos, una capa de crema de limón y una cobertura de merengue italiano”.
En el lenguaje coloquial, se le dice colchón a un margen que resulta favorable o a aquello que permite aliviar una situación compleja: “Gracias a la seguidilla de victorias en el comienzo del año, el seleccionado nacional todavía cuenta con un buen colchón de puntos”, “Los ahorros me sirvieron de colchón para que la caída no fuera tan dura”.