Concurso es la concurrencia o el conjunto de personas. El concepto, del latín concursus, se utiliza para nombrar a la colaboración, la participación o la asistencia en algún asunto.
Los concursos pueden tratarse de competiciones entre varios participantes para obtener un premio o recompensa. Por ejemplo: «Quienes quieran participar en el concurso deberán presentar sus trabajos antes del 15 de agosto», «El jurado anunciará el nombre del ganador del concurso en las próximas horas», «Acabo de concluir mi primera novela y voy a presentarla en un concurso».
Concursos artísticos
En la actualidad, dado el aumento en la demanda y la oferta de arte que ha permitido el avance en las comunicaciones, si bien hay más oportunidades para darse a conocer, también son muchas más las personas que intentan encontrar su lugar en el mercado al mismo tiempo. Eso dificulta los primeros pasos, especialmente si no se cuenta con los recursos necesarios para afrontar el gasto que supone la publicación de una obra literaria, por ejemplo. En estos casos, un concurso puede ser la puerta al éxito.
Participar de concursos, por lo tanto es una excelente decisión para aquellas personas que pretenden dedicar sus vidas a la música o la literatura, ya que los premios suelen incluir la publicación y distribución de las obras, y eso sin contar la promoción que naturalmente se desprende de este tipo de certámenes.
Lamentablemente, existe mucho descreimiento alrededor de los concursos artísticos, a causa de la falta de legitimidad de ciertos jurados. Resulta muy difícil detectar la honestidad en este mundo, pero eso no debería frenarnos, ya que la mera preparación para participar de un concurso nos mantiene en movimiento y nos obliga a revisar nuestros trabajos, lo cual repercute positivamente a nivel cualitativo.
Las ventajas que ofrece Internet
Gracias a la masificación de Internet, son cada vez más los certámenes que aceptan el envío de obras por correo electrónico, lo cual reduce de manera importante los costes y el tiempo necesarios para participar. Si tomamos el ejemplo de un concurso de narrativa, específicamente de novela, en el cual se exige enviar el texto impreso por duplicado, es probable que estemos hablando de un promedio de 500 páginas, lo cual acarrea un gasto poco despreciable de tinta y papel, sin olvidarnos del servicio postal.
Si a esto le sumamos que a mayor distancia, mayor coste tiene el envío por correo, es entendible que no todos los escritores puedan participar de todos los concursos internacionales que se celebran por año, a menos que poco a poco se abandone el formato físico en pos del digital.
En el caso de la música, ocurre algo peculiar, ya que la oportunidad de enviar las grabaciones en lugar de presentarse físicamente para la preselección acarrea el problema de la calidad. Esto hace que para muchos siga siendo más conveniente realizar todas las audiciones en persona.
Otros tipos de concursos
Otro tipo de concurso es la competencia entre aquellos que pretenden desarrollar una obra o brindar un servicio bajo ciertas condiciones. La entidad que impulsa el proyecto analiza las propuestas de todos los concursantes y escoge aquella que le brinda mayores beneficios: «El Gobierno provincial abrió un concurso para la construcción de un nuevo hospital en la zona oeste», «Estamos contentos porque nuestra empresa ganó el concurso para la prestación de soporte técnico a los servicios de telecomunicaciones de la Policía», «Para participar del concurso, debemos presentar nuestra propuesta en los próximos días».
En ocasiones, para conceder un cargo u otorgar algún tipo de honor, se organiza un concurso donde los aspirantes presentan sus méritos para acceder a la recompensa: «Voy a presentarme en el concurso para la cátedra de Economía», «La universidad llamará a concurso para cubrir las vacantes».
En el ámbito del derecho, se habla de concurso de acreedores para hacer referencia al juicio universal que permite destinar los haberes de un deudor no comerciante al pago de sus acreedores.