La noción de conmemoración hace referencia al acto y el resultado de conmemorar: celebrar un aniversario, recordar a alguien o algo de manera solemne. El término deriva del vocablo latino commemoratio.
Por ejemplo: “El presidente encabezó la conmemoración del Día del Ejército”, “En conmemoración al bicentenario de la independencia, el mes próximo se inaugurará una exposición en el Museo Histórico Nacional”, “Aún no se sabe cuándo se realizará el acto de conmemoración”.
Las conmemoraciones se suelen llevar a cabo para mantener viva la memoria sobre determinados acontecimientos históricos. El fallecimiento de un prócer, una batalla o un atentado terrorista pueden conmemorarse: es importante tener en cuenta que la conmemoración no es una celebración, sino que consiste en rememorar lo ocurrido.
Muchas veces la conmemoración tiene el objetivo de renovar un reclamo de justicia. Cuando se conmemora un atentado terrorista, por citar un caso, la intención es que la población no olvide a las víctimas y que los responsables del ataque sean condenados. En Argentina, cada 18 de julio se realiza un acto de conmemoración por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que tuvo lugar en 1994.
Hay conmemoraciones que son internacionales y que suelen vincularse a efemérides reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Una conmemoración de este tipo es el Día Internacional de los Trabajadores, que se conmemora cada 1 de mayo en homenaje a un grupo de sindicalistas que fueron ejecutados en los Estados Unidos por reclamar mejoras en los derechos laborales.
En el ámbito del catolicismo, se conoce como conmemoración a la memoria que, en una liturgia, se realiza de un santo en el marco de una celebración que tiene un rango superior. La conmemoración puede desarrollarse mediante una oración o algún tipo de ceremonia.
No olvidemos que el concepto de oración tiene un significado particular en la religión, diferente al que recibe en la gramática: se trata de la acción mediante la cual las personas religiosas pueden entablar una comunicación con un santo o con Dios mismo. El objetivo de la oración puede ser hacer una petición, ofrecer su respeto o bien compartir sus emociones y pensamientos, como si se tratara de una conversación con un mayor que les ofrece refugio y contención.
Antes de su fallecimiento, algunos católicos dejan por escrito un testamento con su última voluntad, expresando su deseo de que se realice una determinada cantidad de misas en su memoria, o bien de que se los conmemore en las oraciones.
Por otro lado, mientras se reza el breviario (libro de la liturgia religiosa del catolicismo que reúne de forma abreviada las obligaciones públicas del clero cada día del año), el catolicismo también llama conmemoración a la memoria que se realiza de un santo, o bien a la feria por medio de una antífona (una forma musical presente en las tradiciones del cristianismo), una oración o un versículo, con la posibilidad de incluir una colecta y un texto recitado o cantado luego de la Comunión.
La fiesta conocida con el nombre de Conmemoración de los fieles difuntos, Día de los difuntos o Día de los muertos, tiene lugar el día 2 de noviembre para recordar a los fieles que han perdido la vida en nombre de la religión. Comenzó a celebrarlo el abad de Cluny, San Odilon, en el siglo XI.
Por otro lado se encuentra la Conmemoración de los mártires, una costumbre que la Iglesia católica mantiene desde sus inicios para honrar la vida de quienes han soportado la persecución y la violencia a causa de sus creencias. La intención de esta conmemoración es que la vida de los mártires no se haya perdido en vano, sino que su entrega sirva de ejemplo para el resto de los fieles.
