Se denomina consultoría a la tarea que desarrolla un consultor. Los consultores, en tanto, son especialistas en asuntos específicos que brindan un asesoramiento profesional a quienes lo solicitan.
La consultoría es aquello que realiza u ofrece el consultor. El concepto también puede hacer mención a la empresa del consultor o a la oficina donde se desarrolla este trabajo.
Un servicio profesional
Puede afirmarse que la consultoría es un servicio profesional. Los consultores disponen de conocimientos sobre una cierta temática, con lo cual están en condiciones de aconsejar y guiar a otros individuos o a compañías, instituciones, etc., en la materia en cuestión.
Un consultor especializado en marketing, por citar un caso, asiste en todo lo referente al trato con el cliente, estrategias para fomentar las ventas, decisiones para mejorar la imagen corporativa y otras cuestiones. El dueño de una pyme que se dedica a la producción de quesos artesanales, por citar un caso, puede solicitar consultoría de marketing con la intención de planificar cómo podría incrementar su cuota de mercado.
Por ejemplo: «Me dedico a la consultoría de recursos humanos desde hace más de una década», «El gobierno local anunció la firma de un contrato con una empresa de consultoría para analizar cómo potenciar el turismo en la región», «Los periodistas suelen recurrir a expertos en consultoría política con el objetivo de estudiar qué hay detrás de algunos anuncios de las autoridades».
En estos ejemplos vemos que los servicios de consultoría pueden ser contratados por personas particulares, empresas o el propio gobierno de un país. Esto se debe a que los profesionales de esta gran área no dan su opinión subjetiva acerca de los temas que les consultan, sino una basada en años de estudio y, en el mejor de los casos, de experiencia en el campo específico, con herramientas técnicas que les permiten hacer previsiones acertadas y sugerir correcciones a los errores que impidan a sus clientes alcanzar sus objetivos.
Etapas de la consultoría
La consultoría suele desarrollarse en diferentes etapas. Estas fases pueden contemplar el desarrollo de un diagnóstico, el examen de las problemáticas detectadas, la elaboración de un plan de acción, la aplicación de propuestas, la evaluación de las medidas y la presentación de un informe a modo de cierre.
En la primera toma de contacto con el cliente, que suele tener lugar mediante una reunión en la empresa o despacho de consultoría, se identifica el problema. Esto significa que el profesional debe tomar nota de la situación de su cliente, incluyendo los aspectos en los que éste desea mejorar. De este modo puede pasar a detallar el modo en el que procederá a resolver el problema, teniendo en cuenta el presupuesto disponible para el trabajo.
Para dar por concluido el diagnóstico, la consultoría debe estudiar a fondo el problema, prestando atención a cualquier datos relevante. Por ejemplo, deberá examinar minuciosamente los documentos que le aporte su cliente, usando las herramientas estadísticas que considere útiles, además de entrevistar a cualquier persona relacionada con él que pueda ofrecer un punto de vista constructivo. Esta etapa es primordial, por lo cual no debe apresurarse; por el contrario, puede ser necesario repetir algunos de sus pasos antes de seguir adelante.
Llega el momento de elaborar el plan de acción, que debe explicar al cliente de manera detallada, incluyendo el plazo estimado, las tareas a realizar y los profesionales que participarán. Seguidamente, la consultoría implementa dicho plan, comunicándose con el cliente con la frecuencia que hayan acordado para mantenerlo al tanto del progreso. Cuando el trabajo llega a su fin, los consultores deben presentar un informe detallado y, si todo ha salido como esperaban, ambas partes pueden decidir si volver a colaborar en el futuro.