La primera acepción del término contencioso que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) alude al adjetivo que permite calificar al individuo que suele contradecir todo lo expresado por el resto de las personas.
La noción, que procede del vocablo latino contentiōsus, también se utiliza como sinónimo de disputa o enfrentamiento. En España, por ejemplo, se conoce como contencioso de Treviño a un conflicto que existe por la administración del enclave de Treviño, que pertenece a la provincia de Burgos pero se halla en el interior del territorio de la provincia de Álava.
El contencioso de Treviño
Se trata de una disputa en la que se enfrentan la propuesta de la Diputación Provincial de Burgos y la Junta de Castilla, quienes defienden que la situación se mantenga como está, y la de los ayuntamientos de La Puebla de Arganzón y Condado de Treviño, así como la Diputación Foral de Álava y el Gobierno Vasco, quienes exigen que el territorio sea segregado de Burgos para ser anexado a la provincia de Álava. Este conflicto también se manifiesta en otros ámbitos, como ser el de gestión de la vía pública, el de servicios, el lingüístico y el político.
La relación entre Castilla y Treviño data del siglo XII, en un primer momento como territorio de realengo (los lugares que dependen directamente del rey, quien asume el rol de señor jurisdiccional) y después como mayorazgo (un sistema de reparto de bienes mediante el cual se beneficia el hijo mayor), a cargo de Manrique de Lara. Cuando se creó la actual división en provincias, en el año 1833, Treviño se asignó a la de Burgos.
El contencioso que enfrenta a dichas partes en la disputa de este territorio no se apoya en cuestiones meramente históricas, sino en las relaciones que existen entre el enclave de Treviño y sus vecinos, tanto desde un punto de vista lingüístico como cultural y comercial. Es importante mencionar que la gente local se ha manifestado en más de una ocasión a favor de que el territorio sea anexado al País Vasco.
La noción en el derecho
Los usos más frecuentes de contencioso, de todos modos, aparecen en el ámbito del derecho. Un recurso, un proceso o un asunto contencioso es aquel que se encuentra sometido al análisis y la decisión de un tribunal como un litigio que existe entre partes, a diferencia de los asuntos que esperan por un procedimiento administrativo y de los que son de jurisdicción voluntaria.
Se denomina jurisdicción contenciosa, por lo tanto, a la jurisdicción ejercida como un juicio sobre los derechos o los reclamos contrapuestos de distintas partes litigantes. Al procedimiento judicial ante esta jurisdicción se lo llama vía contenciosa, mientras que el juicio sobre las cosas que motivan el litigio se denomina juicio contencioso.
Lo contencioso-administrativo
La expresión contencioso-administrativo, por último, refiere a la jurisdicción que controla que las actuaciones administrativas se desarrollen de acuerdo a la legalidad y sometidas a los fines correspondientes. Puede decirse que la jurisdicción de lo contencioso-administrativo regula la actividad de la administración pública en lo referente a su función contenciosa.
Como es de esperarse, hay varios tipos de recursos contencioso-administrativos, y la forma de tramitarlos es diferente en cada caso. Uno de los más comunes se da cuando una parte no está conforme con un acto administrativo dado. Para que esto tenga lugar, es necesario que el acto recurrido haya puesto fin a la vía administrativa. En la lista de supuestos que responden a estas características, el más normal es aquél en el cual se presenta un recurso de alzada (el que pretende que un órgano administrativo lleve a cabo la revisión de un acto que dictó otro que se encuentre debajo de él en la jerarquía) ante el órgano que lo ha dictado.