Cromodinámica cuántica es la denominación que recibe una teoría cuántica de campos focalizada en la interacción fuerte, una fuerza fundamental enmarcada en el modelo estándar de física de partículas.
Según se advierte al buscar información sobre el surgimiento de esta clase de teoría de gauge, se trata de un contenido impulsado por David Gross, David Politzer y Frank Wilczek a inicios de los ’70. En 2004, estos tres expertos resultaron recompensados con el Premio Nobel de Física en reconocimiento a sus hallazgos en materia de libertad asintótica.
A continuación, con la intención de brindar datos de interés sobre los rasgos distintivos y la importancia de la cromodinámica cuántica, abordaremos esta temática de manera detallada.
Fundamentos de la cromodinámica cuántica
La cromodinámica cuántica (QCD) nació con el propósito de ayudar a comprender cómo es la estructura de mesones y bariones. A lo largo de su desarrollo se indica cómo es la interacción que involucra a gluones y quarks.
De acuerdo a este postulado, el perfil de la fuerza fuerte está decretado en función de la simetría especial – identificada como grupo de gauge de estilo SU (3) – que surge en la carga de color de los quarks.
Resulta enriquecedor saber que la cromodinámica cuántica, más allá de tener vínculo con expansiones de carácter perturbativo, es útil para la predicción de estados o propiedades como el condensado fermiónico y el confinamiento de color.
Es necesario, asimismo, instruirse en torno a conceptos y fenómenos que están relacionados a la teoría de la cromodinámica cuántica. Así, pues, conviene conocer qué y cómo es, por ejemplo, el plasma de quarks-gluones. Esta fase surge, indican los especialistas en el tema, en casos de muy elevadas densidades y/o temperaturas. Se cree que el universo tenía este estado hasta prácticamente el instante previo a que se desencadenara el Big Bang y surgiera la materia tal como es conocida hoy en día.
Características
Al analizar las características de la cromodinámica cuántica ganan visibilidad nociones que exigen el dominio de muchos fenómenos, propiedades y asuntos relacionados.
De querer profundizar en las interacciones que involucran a gluones y quarks, en concreto, es esencial conocer acerca del lagrangiano de la cromodinámica cuántica, la libertad asintótica, el confinamiento producido en la carga de color y la conservación de esta última.
Se requiere, incluso, trabajar con la ecuación del campo gluónico.
Cabe resaltar, por otra parte, que los esfuerzos iniciales para conseguir predicciones específicas en base a la cromodinámica cuántica estuvieron inspirados en la teoría de perturbaciones que, tiempo antes, se había utilizado en el campo de la electrodinámica cuántica (QED). Se comprobó de este modo que la cromodinámica cuántica no es tan eficiente y exacta como sí lo es la electrodinámica cuántica a nivel de teoría práctica. Por eso se ha optado por estudiar otros enfoques con el objetivo de encontrar alternativas que posibiliten la realización de pronósticos y cálculos certeros.
Frente a un espacio-tiempo que está discretizado, en cambio, alcanza notoriedad una formulación que propuso en la década del ’70 Keneth Wilson. Cromodinámica cuántica reticular es el nombre de esta opción que admite el uso de un equipo informático para poder simular la citada teoría cuando ha fallado la teoría de perturbaciones. Gracias a esta alternativa se ha podido establecer, con una precisión considerable, la masa de hadrones y mesones.
Tampoco hay que pasar por alto las contribuciones del físico teórico Michael John Creutz. Este estadounidense que se ha especializado en física computacional y teoría de gauge en redes es autor de “Quarks, Gluons and Lattices”, una obra que aporta luz en torno a la denominada cromodinámica cuántica en redes.
Aplicaciones de la cromodinámica cuántica
La cromodinámica cuántica es esencial para estudiar la interacción nuclear fuerte. A lo largo de la Historia se han ido llevando a cabo numerosas investigaciones y pruebas que permitieron conocer más sobre esta teoría y aprovecharla en diferentes ámbitos o con distintas finalidades.
Aunque todavía quedan por delante la resolución de problemas vinculados a ella, siguen vigentes ciertos desafíos y hay áreas activas de trabajo investigativo no se pueden dejar de resaltar el amplio alcance conseguido ya por la cromodinámica cuántica.
Así como décadas atrás nació la cromodinámica cuántica reticular en el seno de desarrollo de esquemas de cálculo de índole no perturbativa, esta teoría ha logrado ser relevante en distintas áreas de estudio y beneficiar a diversas disciplinas científicas, como los casos de la astrofísica, la cosmología cuántica y la física nuclear.
En 2023, un congreso que organizó el Instituto de Física de Partículas y del Cosmos (IPARCOS) convocó a los más prestigiosos expertos en física de partículas. En ese acontecimiento se intercambiaron y actualizaron conocimientos sobre cromodinámica cuántica. Desde la mirada de Ignazio Scimemi, quien dirige la institución que impulsó dicho encuentro científico, es sumamente sofisticada y útil la teoría de la cromodinámica cuántica. A modo de referencia, señaló que ella brinda la posibilidad de calcular un gran número de fenómenos de bajas energías hasta la posibilidad de determinar las energías del LHC (Gran Colisionador de Hadrones), sin contar todo aquello que todavía queda por descubrir a través de esta teoría.