En el ámbito de la geometría, se denomina cuerpo al elemento que dispone de tres dimensiones: altura, anchura y longitud. De acuerdo a sus características, es posible distinguir entre distintos tipos de cuerpos geométricos.
Los cuerpos redondos disponen de una o más superficies o caras con forma curva. Esto les permite diferenciarse de los cuerpos planos o poliedros, compuestos totalmente por caras planas.
Los conos son ejemplos de cuerpos redondos. Se trata de un sólido de revolución que se forma a partir del giro de un triángulo rectángulo en torno a un cateto. Veamos a continuación cada una de las partes del cono con una breve definición de cada una:
* eje: se trata del cateto alrededor del cual debe girar el triángulo rectángulo para formar el cono;
* base: es el círculo que surge como resultado del movimiento rotatorio del otro cateto. Este cateto también se considera el radio del cono, es decir, la mitad del diámetro;
* generatriz: así se denomina la hipotenusa del triángulo rectángulo, la cual produce la zona lateral del cono, que se conoce con el nombre de manto;
* cúspide: es el vértice ubicado en la parte superior, en lo que podríamos denominar «la punta» del cono.
El elemento que falta en la lista anterior es la altura del cono, ya que su definición admite dos posibilidades que deben ser atendidas por separado. Si esta propiedad del cuerpo redondo es equivalente en magnitud con la extensión del eje, es decir que forma una línea perpendicular a la base uniendo el centro de la misma con la cúspide, entonces nos encontramos ante un cono recto.
A pesar de que sea ésta la forma que asociamos con el cono en el habla cotidiana, también existe otra variedad: los conos oblicuos. Estos cuerpos redondos presentan una altura que no coincide con la extensión del eje, ya que éste no forma una línea perpendicular con la base, sino que tiene una cierta inclinación.
En un caso como éste, si deseamos conocer la altura del cono debemos proyectar la cúspide en el plano sobre el cual se encuentra la base, trazando una línea perpendicular, y luego medir la distancia entre ambos puntos.
Pensar en los pasos teóricos o imaginarios que debemos seguir para construir un cono, que en algunos casos puede encontrarse de manera espontánea en elementos de la naturaleza, es necesario para acceder a la serie de cálculos relacionados con la medición de sus dimensiones y propiedades.
Al descomponer un cono en una serie infinita de triángulos rectángulos idénticos, podemos aprovechar las ecuaciones de estas formas geométricas más simples para calcular la altura de la estructura principal y el diámetro de la circunferencia que actúa como base del cuerpo redondo, ya que el cateto menor del triángulo será equivalente a su radio, el cual debemos multiplicar por dos.
Los conos de tráfico que se emplean para ordenar el tránsito o realizar una advertencia a los conductores son cuerpos redondos. Estos conos suelen fabricarse con plástico y tienen un color brillante para llamar la atención.
Los cilindros también son cuerpos redondos. En este caso, el objeto se desarrolla a partir del desplazamiento paralelo de la generatriz (recta) por la directriz (curva plana). Cuando la generatriz es perpendicular a una directriz que tiene forma de círculo, se forma un cilindro circular recto. El papel higiénico, por citar un caso, se enrolla en un cilindro de cartón.
Entre los cuerpos redondos también aparecen las esferas, que son superficies de revolución compuestas por puntos que equidistan de un centro. Una pelota (balón) de fútbol es una esfera. Cabe destacar que al cuerpo que delimita una esfera también se lo conoce como bola.