Lo primero que vamos a hacer es conocer el origen etimológico de las dos palabras que componen el término cuestión social:
-Cuestión, en primer lugar, deriva del latín. En concreto, procede de “quaestio”, que puede traducirse como “indagación”, “examen” o “averiguación”.
-Social, en segundo lugar, emana del latín “socialis”, que puede traducirse como “perteneciente a una comunidad de personas”.
El término cuestión tiene varios usos. En esta ocasión nos interesa su acepción como una materia, un tema o un asunto. Social, por su parte, es aquello vinculado a la sociedad: una comunidad de individuos que conviven en un territorio y tienen intereses en común.
La idea de cuestión social suele emplearse con referencia a los efectos de determinados procesos o a las consecuencias de la aplicación de un cierto modelo económico, que deben ser atendidos por los gobernantes ya que afectan la calidad de vida de la población.
El concepto comenzó a desarrollarse en el siglo XIX, tras la Revolución Industrial. El liberalismo clásico atribuía a cada individuo la responsabilidad de la satisfacción de sus necesidades materiales. Sin embargo, el sistema económico liberal de la época se mostró incapaz de aportar soluciones a los problemas de la clase trabajadora. En este marco surgió la noción de cuestión social, englobando aquellas dificultades en la vida de la gente que las autoridades no podían ignorar ni desatender.
Muchos sectores, por lo tanto, empezaron a exigir al Estado que atendiera la cuestión social. Los defensores más acérrimos del liberalismo, de todos modos, se opusieron a las leyes y las medidas que brindaban protección o apoyo a los sectores vulnerables.
En concreto, se dieron una serie de circunstancias dentro de lo que era la clase trabajadora que dio lugar a que comenzase a hablarse de la cuestión social obrera. Bajo ese término se englobaban todas las circunstancias que dificultaban el trabajo de esas personas y que empeoraban su calidad de vida. Circunstancias que, por tanto, se necesitaba que fueran tenidas en cuenta y solucionadas por los dirigentes políticos.
En este sentido podemos exponer que se trataba de hechos tales como que los salarios eran insuficientes, no existía legislación laboral que viniese a regular el trabajo, había niños trabajando y en lugares tan complicados y peligrosos como las minas…
La puja por la atención de la cuestión social sigue vigente en la actualidad. Si un gobierno impulsa un recorte en los gastos estatales y dicta leyes que favorecen la precarización laboral para que los empresarios puedan reducir los costos de producción, desde la oposición seguramente se le reclamará atender la cuestión social vinculada al incremento del desempleo, la caída de los salarios y otras problemáticas.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto tampoco el hecho de que también se habla de cuestión social dentro del ámbito de la religión. En este caso, se utiliza para hacer referencia al hecho de que dentro de la Iglesia Católica se considera que el progreso material que tiene lugar en la sociedad trae consigo, al mismo tiempo, que se produzca una caída constante y clara de lo que son los principios éticos y sociales.