El origen etimológico del término delatar que ahora nos ocupa tenemos que exponer que se encuentra en el latín. Exactamente es fruto de la suma de los siguientes componentes:
-El prefijo “de-”, que es sinónimo de “de arriba hacia abajo”.
-El adjetivo “latus”, que puede traducirse como “llevado”.
-El sufijo “-ar”, que se usa para determinar verbos.
De acuerdo a la primera acepción recogida por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario, delatar alude a informar voluntariamente un delito a una autoridad, señalando al responsable para que reciba un castigo.
Por ejemplo: “No te preocupes, no te voy a delatar”, “El hombre tenía pensado delatar a su socio, pero fue asesinado antes de que pudiera llegar a la comisaría”, “Si alguna vez tienes la tonta idea de delatarme, recuerda que tengo muchos amigos y tú tienes familia…”.
Supongamos que un joven observa cómo su vecino rompe la puerta de un local comercial e ingresa para robar diversos elementos. Luego, huye y se refugia en su casa. Ante esta situación, el testigo decide acercarse a la comisaría para delatar al delincuente: es decir, brinda una declaración ante un agente policial donde detalla todo lo que vio.
De la misma manera, nos topamos con el hecho de que no siempre delatar es algo que una persona realiza de frente y mostrando su identidad. En numerosas ocasiones, los ciudadanos que tienen información y datos para delatar a alguien por un delito cometido optan por hacerlo de manera oculta. Con esto nos referimos a que realizan una llamada telefónica a la policía desde un teléfono que no se les pueda identificar y distorsionando la voz, como hemos podido ver en numerosas películas.
Es más, en otras ocasiones lo que hacen es enviar a las autoridades las pruebas gráficas o escritas que tienen acerca de quién ha cometido el delito sin dejar constancia de su identidad.
Si ocultan su nombre y apellidos puede ser porque temen represalias, porque no quieren que su identidad se dé a conocer públicamente, porque no quieren verse involucrados en el delito en cuestión, porque pertenecen al entorno del presunto delincuente…
Delatar también puede consistir en informar una falta a una autoridad o a un superior jerárquico. Un alumno puede delatar a un compañero ante la profesora, diciéndole que está copiando sus respuestas en un examen. Un empleado que le comunica a su jefe que otro trabajador suele quedarse dormido en horario laboral también está delatando a otra persona.
La idea de delatar incluso puede aludir a hacer público algo que resulta reprochable o que, por algún motivo, otra persona no quiere que se sepa. Un periodista, por citar un caso, puede delatar en su programa de TV a un famoso actor a quien vio en un restaurante cenando con su amante.
Entre los sinónimos de delatar se encuentran acusar, inculpar, denunciar, chivar, soplar o traicionar. Sin embargo, entre sus antónimos nos topamos con ocultar, tapar, callar, cubrir, encubrir o embozar, por ejemplo.