Dequeísmo es un concepto que se usa en la gramática para nombrar a la utilización incorrecta de la expresión «de que». La noción, por lo tanto, refiere a una manera indebida de emplear «de» (una preposición) junto a «que» (conjunción) en una misma oración.
En los tiempos que corren el dequeísmo se ha convertido en uno de los errores gramaticales más frecuentes por parte de los ciudadanos. Tanto es así que incluso personajes de cierto calado y tipo también en ocasiones caen en aquel.
El dequeísmo, un anacoluto
Es posible ubicar al dequeísmo dentro de los anacolutos, que se producen cuando un determinado elemento genera una inconsistencia dentro de una expresión. En el caso del dequeísmo, ocurre al combinar un complemento de régimen verbal con un objeto directo.
Veamos algunos ejemplos. La expresión «Eduardo me ha comentado que llegará el viernes por la mañana» es correcta, mientras que «Eduardo me ha comentado de que llegará el viernes por la mañana» no es adecuada ya que el uso de la preposición y de la conjunción, en este caso, no es normativo.
Cómo evitar este error
Cuanto se tienen dudas sobre una expresión en cuanto a queísmo o dequeísmo, es necesario seguir los pasos que esgrimimos a continuación pues nos vendrán a indicar qué es lo correcto:
• Cuando no sabemos si una frase debe llevar o no la dualidad «de+que», lo que debemos hacer es convertirla en interrogativa. Así, si en este último caso se hace necesario que se forme con la suma citada es que obligatoriamente debe utilizarla.
• De la misma manera también se logrará saber cómo hay que decir o escribir correctamente una frase al respecto si procedemos a sustituir lo que es la oración subordinada sustantiva por un pronombre de tipo demostrativo como «eso» o «esto».
El dequeísmo asociado a ciertos tipos de verbos
El dequeísmo también aparece en frases como «Creyó de que el circuito era más complicado» (en lugar de «Creyó que el circuito era más complicado»), «Los vecinos sostienen de que la seguridad es deficiente» (lo correcto sería «Los vecinos sostienen que la seguridad es deficiente») y «Marta afirmaba de que el cuadro era robado» (cuando lo adecuado sería decir que «Marta afirmaba que el cuadro era robado»).
Puede afirmarse, por lo tanto, que las acciones vinculadas a la expresión y al pensamiento (decir, indicar, explicar, pensar, analizar, etc.), los imperativos (mandar, ordenar), las percepciones (vislumbrar, intuir, entrever) y las emociones (alegrar, lamentar) deben aparecer en oraciones que no empleen la fórmula «de que»: «El profesor dice que regresemos al salón», «Mamá nos ordenó que no salgamos de casa», «Intuyo que habrá problemas», «Me alegra que hayas conseguido un nuevo empleo».
El queísmo
Hay que subrayar que siempre que se habla de dequeísmo se hace referencia a lo que se conoce como queísmo. Este podemos decir que se trata de otro error gramatical que tiene lugar cuando un verbo que cuenta ya con la preposición «de» es empleado haciendo uso de otra preposición o bien sin emplear ninguna.
Un claro ejemplo de queísmo puede ser la siguiente frase: «Manuel insistió que teníamos que quedarnos más tiempo para poder disfrutar de la cena que tenía preparada». En su caso, lo correcto sería decir «Manuel insistió en que teníamos que quedarnos más tiempo para poder disfrutar de la cena que tenía preparada».