Definición de

Derechos culturales

Clases de música

El acceso a la educación artística integra los derechos culturales.

Los derechos culturales son potestades que se asocian la posibilidad de disfrutar de la cultura en libertad y en condiciones de igualdad. Se trata de un conjunto de derechos humanos vinculados a la participación del individuo en la producción cultural de su pueblo y al acceso a los contenidos generados a través de ella.

El concepto también abarca otros derechos relacionados como la preservación de los intereses de autoría y el aprovechamiento del fruto del progreso científico. Este conjunto de facultades y principios resulta clave para la paz y la cohesión de la comunidad.

Su historia

La historia de los derechos culturales comenzó formalmente a fines de 1948, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El artículo 27 del documento alude al derecho a la participación en la vida cultural comunitaria y a formar parte del desarrollo de la ciencia. Asimismo subraya la relevancia de los derechos de autor para preservar la propiedad intelectual.

Dieciocho años después, la ONU procedió a la adopción del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que entró en vigencia a comienzos de 1976. Dicho convenio también alude a la participación en las prácticas culturales y a los derechos morales de los creadores en su artículo 15.

Mucho más cerca en el tiempo, en 2005, el Convenio Marco del Consejo de Europa sobre el Valor del Patrimonio Cultural para la Sociedad instó a los Estados a la preservación del patrimonio cultural. Luego, en 2007, la Declaración de Friburgo sumó conceptos y principios asociados a la identidad de los pueblos y la cooperación cultural, entre otras cuestiones.

Sabiduría ancestral

Los derechos culturales incluyen la preservación de la sabiduría ancestral de una comunidad.

Concepto de derechos culturales

Para comprender los derechos culturales, es indispensable analizar la noción de cultura. Existen distintas definiciones del término: para la Real Academia Española (RAE), la cultura es el conjunto de los saberes, las costumbres, las tradiciones y las expresiones de un grupo social o una época. De acuerdo a la UNESCO, en tanto, la cultura se compone de los rasgos materiales y simbólicos que distinguen a una sociedad, incluyendo sus valores, sus creencias y su arte.

En este marco, se considera que todas las personas tienen derecho a participar en la construcción de la cultura y en el consumo de sus producciones. Estos derechos, de todos modos, no solo se contemplan en la faceta individual, sino que también tienen un aspecto colectivo. Es decir, el ser humano tiene derecho a la cultura de manera particular pero también como parte de un grupo.

Es importante considerar esta doble dimensión ya que hay colectividades que ven vulnerados sus derechos culturales. El Estado tiene la obligación de garantizar estos derechos para todos ya que hacen a la identidad y el desarrollo.

La música tradicional, la danza folclórica, las artesanías, la literatura y la gastronomía local son apenas algunos de los componentes de la vida cultural. Propiciar y asegurar el acceso a la cultura, de este modo, implica posibilitar que las personas y los colectivos sociales vivan en plenitud y explotando su potencial.

Pueblo aborigen

La protección de las lenguas minoritarias forma parte de los derechos culturales de un pueblo.

Los principios

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) de la ONU, conocido también como CESCR por su sigla en inglés, reconoce varios principios que constituyen la base de los derechos culturales.

Uno de ellos es la accesibilidad, que debe considerarse desde distintas perspectivas. Los expertos resaltan que la cultura debe ser accesible a nivel económico y físico y basarse en la no discriminación. Es tarea del Estado eliminar las barreras y brindar oportunidades a todas las personas, en especial a aquellas que padecen algún tipo de vulnerabilidad.

La disponibilidad es otro principio de los derechos culturales. Esta idea abarca elementos intangibles (como la historia o la tradición) y recursos físicos o materiales (bibliotecas, centros culturales, teatros, museos y galerías), que tienen que estar a disposición de la población.

La idoneidad y la adaptabilidad también son criterios que deben contemplarse para garantizar los derechos culturales. Esto implica la adecuación de los mismos al contexto y a las particularidades de cada persona y grupos. Por eso es central el reconocimiento de la diversidad cultural. En la misma línea se inscribe la aceptabilidad, noción que refiere a la interacción con los individuos y las comunidades para conocer su opinión sobre las políticas que apuntan a promover estos derechos y a la protección de la identidad cultural.

Ejemplos de derechos culturales

Como ya indicamos, los derechos culturales abarcan diferentes cuestiones. Por eso es posible encontrar distintos ejemplos en múltiples ámbitos.

Las medidas que un gobierno toma para la conservación del patrimonio constituyen ejemplos de derechos culturales. Pueden tratarse de iniciativas para proteger sitios arqueológicos o monumentos históricos, por mencionar algunas posibilidades.

Las acciones que apuntan a preservar, revalorizar y difundir ritos y ceremonias de un pueblo también son ejemplos de derechos culturales. Así se logra asegurar la subsistencia de  cada expresión cultural que resulta valiosa para la comunidad.

Las subvenciones y ayudas que otorga el Estado para el financiamiento cultural, asimismo, suponen otros ejemplos de este tipo. Con estas decisiones las autoridades favorecen la creación y la difusión de cultura.

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Cómo citar este artículo Julián Pérez PortoPublicado por Julián Pérez Porto, el 3 de febrero de 2025. Derechos culturales - Qué son, definición, historia y ejemplos. Disponible en https://definicion.de/derechos-culturales/
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