La noción de desigualdad alude a la falta de igualdad. Dos cosas, por lo tanto, son desiguales cuando no son iguales: es decir, cuando resultan disímiles, asimétricas o diferentes.
El concepto se utiliza en múltiples ámbitos. En el terreno de las matemáticas, la desigualdad refiere a la relación de orden que se establece entre valores que son distintos. Esto hace que un valor pueda ser mayor o menor a otro, pero no idéntico; si ambos fueran iguales, entonces se hablaría de igualdad.
El concepto de relación de orden, por su parte, también se conoce como orden en R, y se trata de una relación binaria que persigue el orden de los conjuntos a través de la distribución de sus elementos. Cuando los valores de una desigualdad son elementos que pertenecen a un conjunto ordenado, como pueden ser los números reales o los enteros, es posible compararlos entre sí. De esta manera, se abren las puertas a notaciones tales como las siguientes:
* a < b, que se define como una relación en la cual el primer elemento es menor que el segundo;
* a > b, la cual nos da a entender que el primer elemento es mayor que el segundo.
Estos dos ejemplos pertenecen al grupo de las desigualdades estrictas, todas aquellas en las cuales el primer elemento no puede ser igual al segundo; en ambos casos, podemos leer las notaciones como «estrictamente menor/mayor que». Por otro lado tenemos las desigualdades amplias (también conocidas como no estrictas), que se usan con mucha frecuencia en el ámbito de la programación informática; las mismas se representan con las siguientes dos notaciones: a ≤ b y a ≥ b, que nos sirven para decir que el primer elemento es «menor o igual que» o «mayor o igual que» el segundo, respectivamente.
Las posibilidades que la desigualdad nos brinda para comparar elementos no termina aquí, ya que también tenemos el signo ≪ y su opuesto, ≫, los cuales nos permiten hablar de elementos «mucho menores que» o «mucho mayores que» otros, respectivamente. Este tipo de relación suele indicar una diferencia considerable, en la cual hay varios órdenes de magnitud, es decir, «varios ceros» entre un número y otro.
Si simplemente queremos decir que un elemento no es igual a otro, podemos recurrir al signo ≠, para dar lugar a una notación como a ≠ b. En este caso, no queda claro si uno es mayor al otro, ya que tampoco sabemos si es posible compararlos.
La idea de desigualdad social, por su parte, se vincula a lo que ocurre cuando las personas viven en condiciones o situaciones que son desemejantes. En estos casos existe una discriminación, que puede ser negativa o positiva de acuerdo al detrimento o el beneficio del individuo en cuestión.
Puede hablarse de desigualdad de ingresos cuando la distribución de la renta procedente del trabajo y del capital no se reparte de manera equitativa. Si los trabajadores que viven en el norte de un país dado tienen un salario promedio de 5000 unidades de moneda, mientras que los que viven en el sur ganan una media de 3800 unidades de moneda, se registra una desigualdad de ingresos a favor de quienes residen en la región septentrional.
La desigualdad social es una idea más amplia que suele abarcar distintos factores: el acceso a la educación, a los servicios de salud, a empleos bien remunerados, etc. Hay personas a las cuales, por su lugar de nacimiento, les resulta muy difícil progresar materialmente ya que no fueron escolarizadas, debieron trabajar desde temprana edad y viven en casas precarias. Otras, en cambio, cuentan con ventajas por sus orígenes familiares (educación de calidad, comodidades para estudiar y vivir, contactos en el mundo laboral, etc.). Hay, por lo tanto, una marcada desigualdad social que condiciona la existencia.