El término diámetro que ahora nos ocupa podemos establecer que tiene su origen etimológico en el griego, ya que es fruto de la unión de varios componentes de dicha lengua:
-El prefijo «dia-«, que significa «a través».
-El sustantivo «metron», que puede traducirse como «medida».
Así se denomina a la recta que, pasando por el centro, une dos puntos de una esfera, una curva cerrada o una circunferencia. También se llama diámetro a la anchura mayor que presenta un cuerpo de forma circular.
Por ejemplo: «Alarma entre los astrónomos: un asteroide de 800 metros de diámetro pasará muy cerca de nuestro planeta», «El desagüe se realizará con un caño de dos metros de diámetro», «Una piedra de dos metros de diámetro rodó por la montaña y aplastó un vehículo».
El matemático griego Euclides postuló, unos tres siglos antes de Cristo, que el diámetro de un círculo es cualquier segmento que atraviesa el centro de la figura y finaliza, en ambas direcciones, en su circunferencia. Ese mismo segmento, por otra parte, establece la división del círculo en partes idénticas.
La relación que se establece entre el diámetro y la longitud de una circunferencia es una constante conocida como número pi. Se trata de un número irracional que suele cortarse en las primeras cifras, tomándose como 3,14.
Conocer el diámetro de los objetos es importante en numerosas ocasiones. El diámetro de un anillo, por ejemplo, determinará si este elemento puede colocarse o no en un dedo. Si el diámetro es muy amplio, el anillo quedará grande; en cambio, si el diámetro es muy pequeño, el anillo no entrará. Del diámetro de una botella, por otra parte, dependerá si es posible guardarla en un cierto espacio de la heladera (nevera) o en qué parte de una mochila puede trasladarse.
Sin lugar a dudas, uno de los diámetros que más interesa es el de la Tierra. Tanto es así que, a lo largo de la Historia, han existido numerosos científicos que han trabajado para poder descubrirlo. Así, por ejemplo, podemos establecer que el primero en intentar descubrir ese diámetro fue el astrónomo y geógrafo griego Eratóstenes de Cirene (276 a.C – 194 a.C), que utilizó un método rudimentario para realizar esa medición.
En concreto, ese se basó en las sombras y en el solsticio de verano, entre otros aspectos, lo que le llevó a llegar a la conclusión de que la circunferencia de nuestro planeta era de unos 40.000 kilómetros y el diámetro era de unos 12.800 kilómetros.
En la actualidad, podemos establecer que se ha establecido que el diámetro de la Tierra es de unos 12.756,247 kilómetros, lo que viene a dejar patente que el astrónomo griego citado, a pesar de no tener la tecnología ni los conocimientos que hoy se tienen, realizó un cálculo muy aproximado.
Al hablar de diámetro, no podemos dejar de hacer mención también a otro término: radio. Este podemos establecer que es la mitad del diámetro y viene a ser el segmento que une el centro de la circunferencia con cualquier punto de la misma.