Dislate es un término que se emplea como sinónimo de disparate. El término alude a aquello que resulta absurdo, irracional o desacertado.
Algunos ejemplos
Veamos este término en contexto a través de las siguientes oraciones de ejemplo: “El discurso del gobernador me pareció un dislate lleno de incoherencias y ambigüedades”, “El abogado de la víctima aseguró que el fallo del juez es un dislate jurídico”, “Por culpa de la pandemia estamos atravesando situaciones que son un auténtico dislate”.
En el primer ejemplo, el emisor opina que el discurso del gobernador no tiene una forma definida, que no es fiable ya que se contradice y no expresa el mensaje con precisión. Si se tratara del relato informal de un amigo no habría problema con su falta de coherencia, pero cuando las palabras vienen de un dirigente político, de alguien que tiene parte del futuro de un país en sus manos, es realmente preocupante.
En segundo lugar tenemos la crítica que emitió un abogado a la sentencia emitida por el juez, asegurando que se trata de un «dislate jurídico». Dicho de otra manera, lo que quiere decir es que su decisión no se sostiene desde un punto de vista técnico, que no parece desprenderse de una manera lógica de las bases del derecho sino más bien de un capricho.
Por último, el emisor de la tercera oración cuenta que a causa de una pandemia el mundo está viviendo un dislate, una serie de situaciones que no parecen reales. La falta de preparación de los gobiernos para hacer frente a problemas de esta índole es la principal causa de desorganización, porque los toman por sorpresa y tienen que correr contra el reloj mientras miles de personas se contagian.
Más usos
Supongamos que un hombre que padece obesidad y que nunca realizó actividad física anuncia que participará de una maratón. El sujeto no piensa acudir a un médico ni realizarse un chequeo previo, sino que simplemente correrá. Ante esta situación, sus amigos tratan de disuadirlo, diciéndole que su decisión es un dislate que puede poner en riesgo su vida.
Tomemos el caso del alcalde de un pueblo de 500 habitantes que planea construir un estadio deportivo con capacidad para 10 000 espectadores, cuando la localidad carece de servicios básicos y ni siquiera tiene hospital. El jefe comunal, sin embargo, sostiene que la iniciativa podría ayudar a atraer a turistas, algo que otros dirigentes políticos no creen que sea factible. Por eso muchos piensan que la idea del alcalde es un dislate.
En ambos casos, podemos apreciar uno de los matices de la palabra dislate entendida como «disparate»: si bien adjetivan una situación con una connotación negativa, existe una razón bien definida de fondo, que no responde a un desprecio arbitrario sino a una preocupación por el otro o bien a la convicción de que su plan no es factible.
Una gran cantidad
La noción de dislate también puede emplearse, de manera coloquial, para hacer referencia a una cantidad o una magnitud inmensa: “El artista cobró un dislate para presentarse en vivo en el Teatro Nacional”, “Tuve que caminar un dislate hasta encontrar una farmacia abierta”, “No estoy dispuesto a pagar un dislate por un producto que no me parece tan bueno”.
En los tres ejemplos, el término se usa en un sentido negativo, aunque en diferentes grados, haciendo referencia a una cantidad que excede lo normal o aceptable. Quizás el primero es el más ambiguo, ya que el dinero que recibe un artista por actuar en vivo responde a una estructura que él no diseñó, por más que sea superior a lo que mucha gente cobra en toda su vida. Sin embargo, caminar demasiado cuando necesitamos un medicamento o pagar una gran suma por un producto mediocre no son situaciones aceptables.