Dramatización es la acción y efecto de dramatizar. Este verbo, a su vez, hace referencia a dar forma y condiciones dramáticas o a exagerar con apariencias afectadas, de acuerdo a lo señalado por el diccionario de la Real Academia Española (RAE).
Una dramatización es, en general, una representación de una determinada situación o hecho. Lo dramático está vinculado al drama y éste al teatro; a pesar del uso que suele recibir en el habla cotidiana, esta familia de palabras no necesariamente hace alusión a una historia trágica.
Dramatización en el teatro
Continuando en el contexto teatral, dramatizar una historia consiste, por ejemplo, en adaptar un texto de género narrativo o poético al formato propio de una obra de teatro, donde el diálogo entre los personajes suele ser el motor primordial de la representación. Dicho proceso requiere de un gran talento y de un considerable dominio del lenguaje, para conseguir dar a los roles la suficiente naturalidad como para que la pieza parezca mostrar un recorte de una realidad, mientras que se conserve la belleza y la profundidad de la historia original.
A la hora de representar una obra de teatro resultan de igual importancia la calidad del drama y las habilidades actorales de quienes lo interpretarán; un buen actor puede compensar la pobreza de los diálogos así como una obra maestra puede quedar en primer plano con respecto a una actuación discreta; pero ambos aspectos son indispensables para que los espectadores lleguen a sentir y creer lo que sienten y creen los personajes, quienes no siempre son humanos. Una dramatización efectiva tiene como base una intensa y constante observación de la realidad, de los seres vivos y de sus relaciones entre ellos y consigo mismos.
El concepto en la psicología
La psicología suele apelar a las dramatizaciones para que los integrantes de un grupo terapéutico puedan expresarse sin inhibiciones, exteriorizar sus sentimientos y frustraciones de una forma fluida y casi inconsciente, dando lugar a un tratamiento más preciso y funcional. Muchas veces se busca resolver problemas entre un paciente y algún integrante de su familia que de ninguna manera accedería a acompañarlo al consultorio, y a través de las dramatizaciones el terapeuta puede observar desde una perspectiva privilegiada la dinámica que existe en la relación entre dichos individuos.
Una clara ventaja de dicho recurso terapéutico es que cuando existe violencia entre el paciente y la o las personas que se representan durante la dramatización, es posible trabajar sobre la agresividad y repetir el experimento tantas veces como sea necesario para conseguir un nivel efectivo de comunicación, de modo que al pasar al verdadero encuentro entre los sujetos en cuestión disminuya el riesgo de daños irreparables.
La dramatización como exageración
Fuera de la actuación y la psicología, el verbo dramatizar se suele utilizar para describir una reacción o actitud exagerada, generalmente como parte de una queja o reproche hacia una segunda persona. Acusar a alguien de dramatizar es lo mismo que decir que sobredimensiona la gravedad de una situación, que se lamenta demasiado de algo que le sucede o que le han hecho; sobra aclarar que esto no se hace en tono amistoso, sino que suele formar parte de una discusión o pelea.
La dramatización es también un recurso ampliamente utilizado en documentales y programas televisivos de investigación, para acercar a los televidentes a escenas que, por determinadas razones, no han sido capturadas en formato de vídeo. Cuando se presenta un estudio acerca de la evolución humana, por ejemplo, la única forma de graficar la vida que llevaban nuestros antepasados es a través de una actuación; del mismo modo se intenta reconstruir el proceso creativo de las mentes brillantes del pasado, los conflictos emocionales de estrellas de Hollywood y del mundo de la música, e incluso el accionar de asesinos y violadores.