Antes de dar el paso de conocer el significado del término dueño, se hace necesario descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos exponer que se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente de “dominus”, que puede traducirse como “señor de la casa”.
Un dueño es un individuo que cuenta con el dominio, la potestad o el mando sobre algo o alguien.
Por ejemplo: “Disculpe, ¿podría indicarme quién es el dueño de este automóvil? Estoy interesado en comprarlo”, “Ayer encontré un perro perdido en la plaza de mi barrio, ahora estoy tratando de ubicar a su dueño”, “El dueño de la casa me avisó que no renovará el contrato de alquiler, así que tendré que mudarme”.
La noción de dueño se vincula a la idea de propiedad. El dueño de un bien dispone de un poder inmediato y directo sobre él, siempre teniendo en cuenta las restricciones que establezca la legislación. Es posible ser dueño de una vivienda, un vehículo o cualquier otro objeto.
Supongamos que un hombre pretende adquirir una motocicleta. El vendedor le indica cuál es el precio de la moto y el sujeto está de acuerdo: por eso le entrega el dinero y firman los documentos necesarios para realizar el cambio de titularidad. Así la motocicleta queda registrada como propiedad del flamante comprador. Este hombre, por lo tanto, se transforma en el dueño del vehículo y puede empezar a darle el uso que desee.
En la actualidad, muchas son las personas que se han hecho famosos por ser dueños de grandes empresas. Así, por ejemplo, entre esas figuras podemos destacar a Mark Zuckerberg, que es el propietario de Facebook; Amancio Ortega, que es el dueño de Zara y de otras empresas del grupo Inditex; de Jeff Bezos, que es el dueño de Amazon…
Es importante tener en cuenta que un ser humano no puede ser el dueño de otro. Existen regimenes de potestad (sobre los menores o los individuos incapaces) y se pueden establecer relaciones jerárquicas (en un trabajo, en el ejército, etc.), pero todas las personas son libres. Solo el Estado puede privar de la libertad a alguien según lo estipulado en el marco jurídico.
De la misma manera no podemos pasar por alto que es muy frecuente utilizar el término que nos ocupa para referirnos a la persona que tiene una mascota en concreto. Así, un ejemplo sería: “Manuel es el dueño de ese perro bodeguero que estás viendo”.
Asimismo, dentro del ámbito cultural nos encontramos una gran lista de obras que incluyen en su título la palabra que nos ocupa. Este sería el caso, por ejemplo, de la canción “Dueño de nada”, que era interpretada por José Luis Rodríguez “el Puma”, o del libro “Los Austrias. El dueño del mundo”. Esta obra fue escrita por José Luis Corral y es una novela histórica que viene a girar en torno a la figura del rey Carlos I de España y V de Alemania, concretamente sobre su reinado tras la muerte de su esposa.
