Para poder conocer el significado del término empleo informal, se hace necesario, en primer lugar, descubrir el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma:
-Empleo, en primer lugar, deriva del francés. Exactamente del verbo «employer», que, a su vez, procede del latín «implicare».
-Informal, en segundo lugar, emana del latín. En concreto, podemos indicar que es fruto de la suma de los siguientes componentes léxicos de dicha lengua: el prefijo «in-«, que se usa para indicar negación; el sustantivo «forma», que es sinónimo de «imagen», y el sufijo «-al», que se emplea para indicar «relativo a».
La noción de empleo se utiliza para nombrar a una ocupación que le brinda ingresos económicos a una persona. En un empleo, el trabajador desarrolla una determinada actividad, obteniendo un pago por su tarea.
Informal, por su parte, es aquello que no respeta las formas. Este adjetivo suele utilizarse para calificar a lo que no se rige por las reglas o las normas vigentes.
Con estas ideas en claro, podemos avanzar en la definición de empleo informal. Así se denomina al trabajo cuyas condiciones no están regidas por la ley. Esta particularidad deja en una situación de desprotección al trabajador.
El empleo informal también se conoce como empleo en negro o empleo irregular. El trabajador, en este marco, no se encuentra registrado ante el Estado. Esto le permite al empleador ahorrar dinero ya que no paga las cargas correspondientes a la obra social y a la jubilación, por ejemplo. El empleado, por su parte, no abona los impuestos correspondientes a sus ingresos.
Debido a las características de las relaciones laborales, el trabajador es quien resulta perjudicado por el empleo informal. No solo no cuenta con obra social ni realiza aportes para su jubilación, sino que además no dispone de seguro, vacaciones pagas, aguinaldo, indemnización y otros derechos que le brinda la legislación.
Además de todo lo expuesto, hay que hacer hincapié en que la persona que esté desempeñando un empleo informal no tiene derecho a una indemnización en caso de ser despedido, que tendrá problemas para poder reclamar su salario si el empleador le despide sin abonar uno o varios sueldos, que si sufriera un accidente laboral no tendrá derecho tampoco a la correspondiente indemnización…
Asimismo hay que tener en cuenta que si una persona es descubierta que está realizando un trabajo informal por los órganos competentes deberá asumir varias consecuencias importantes. Así, no solo tendrá que devolver las cantidades que haya cobrado como prestación por desempleo sino que, además, puede ser condenada por un delito de fraude a la Seguridad Social. En este último caso puede ser castigada con penas de privación de libertad que oscilan entre los seis meses y los tres años.
Supongamos que a un joven le ofrecen $100 diarios por repartir folletos publicitarios en la calle. El muchacho comienza a trabajar sin firmar ningún contrato ni presentar documentación. Al finalizar cada jornada, el empleador le entrega el dinero acordado de palabra. Si el trabajador se enferma y no puede trabajar, no cobra. Lo mismo si se toma unos días descanso. El empleador, por su parte, puede despedirlo cuando quiera sin tener que pagarle nada. El joven, en definitiva, se halla en una situación de vulnerabilidad y precariedad como consecuencia del empleo informal.