Se conoce como escarnio a la burla que se lleva a cabo con el objetivo de denostar, avergonzar o humillar a alguien. La raíz etimológica del término se halla en el vocablo germánico skernjan.
Por ejemplo: “Los empresarios que se aprovechan de una situación de emergencia para subir los precios merecen un escarnio”, “Al trascender la noticia, el presidente del club quedó expuesto al escarnio público”, “El acoso escolar es un escarnio que debemos desterrar de todos los establecimientos educativos”.
El escarnio se caracteriza por la agresividad, aunque sea simbólica. Su finalidad es provocar una afrenta al receptor, haciendo que quede en ridículo o en una posición negativa a nivel social.
Una de las intenciones del escarnio, por lo tanto, es dañar la imagen pública. En este sentido, el escarnio muchas veces busca ser aleccionador: para el afectado, que no querrá volver a pasar por lo mismo; y para las demás personas, que no desearán estar en esa situación.
Supongamos que un experimentado futbolista reclama a su club un dinero que le adeudan. El presidente de la institución, disgustado con este reclamo, decide darle un escarnio y envía al profesional a entrenar con las divisiones inferiores (la cantera). Además manifiesta públicamente que el deportista regresará al plantel profesional cuando sea “más maduro” y sepa “entender la realidad”. Con esta medida, el dirigente castiga a quien hizo el reclamo y muestra al resto de los futbolistas lo que les ocurrirá si se quejan por las condiciones laborales.
Si nos remitimos a un diccionario de sinónimos, encontramos bastantes términos que pueden usarse en lugar de escarnio, así como otros que nos aportan información acerca de su significado más en profundidad. Entre los más relevantes podemos señalar los siguientes: agravio, mofa, burla, afrenta, ofensa, injuria, menosprecio, humillación, insulto y vejación. Por otro lado tenemos los antónimos elogio, alabanza y halago.
Como podemos notar en la lista de sinónimos, casi todos apuntan a una acción que se lleva a cabo para causar algo negativo a quien la recibe, por lo general una gran vergüenza que se graba en lo más profundo gracias a la fuerza con la que se realiza y el hecho de que suela haber más gente presente.
Esto nos lleva una vez más al concepto de escarnio público, que de alguna manera se puede apreciar en el ejemplo del futbolista que exige el pago de un monto atrasado a los responsables de su club y en cambio recibe una suerte de lección que también advierte a los demás jugadores de lo que les puede ocurrir si siguen el mismo camino.
Una expresión que tienen prácticamente el mismo significado que escarnio público es poner en la picota. Por un lado, debemos definir el concepto de picota: era una columna de fábrica o de piedra que se colocaba en la entrada de ciertas poblaciones y sobre las cuales se exhibían las cabezas de los reos o los ajusticiados. Dicho esto, pensemos que cuando alguien expone a otra persona públicamente a causa de un error suyo para que pase vergüenza y todos a su alrededor se enteren de la situación no hace algo muy diferente que colgar su cabeza en una plaza.
A pesar de que la práctica de la picota lleva siglos sin realizarse, ya que data especialmente de la Edad Media, esta expresión sigue apareciendo en diversas publicaciones y, aunque en menor medida, en el habla cotidiana.
“Escarnio de Cristo”, por último, es el nombre de un cuadro que el artista alemán Matthias Grünewald pintó a comienzos del siglo XVI. En la actualidad, la obra está expuesta en la ciudad de Berlín.