Aunque la etimología de escatimar no está clara, se cree que el término podría derivar del gótico skattjan (traducible como “calcular” o “evaluar”). El verbo escatimar hace referencia a reducir, partir o achicar aquello que se ofrece o se da.
Por ejemplo: “Si me vas a escatimar la comida, me quedaré con hambre”, “Le prometo a la gente que no voy a escatimar esfuerzos: haré todo lo posible para traer la copa”, “No hay que escatimar gastos para mejorar las condiciones de seguridad”.
Partiendo de lo expuesto, podemos destacar que son sinónimos de escatimar desde cercenar hasta acortar, disminuir, limitar y escasear. Por el contrario, son antónimos palabras tales como prodigar, entre otras.
Al escatimar algo, se lo reduce todo lo posible, minimizándolo. Tomemos el caso del dueño de una empresa que no destina recursos para renovar las sillas, limpiar la oficina ni comprar café. Los empleados, de este modo, se ven forzados a trabajar incómodos. Puede afirmarse que, en su afán de ganar más, el empresario toma la decisión de escatimar capital que debería destinar a mejorar las condiciones laborales.
Supongamos, por otra parte, que un futbolista es criticado con dureza por los periodistas y hasta insultado en el estadio por los simpatizantes de su propio club debido a que no están conformes con sus actuaciones. Ante este marco, el entrenador decide no escatimar su apoyo al deportista: no solo lo mantiene en la alineación inicial, sino que le otorga la cinta de capitán y declara a la prensa que es un baluarte del equipo. Como se puede advertir, el director técnico respalda decididamente al jugador.
Otro ejemplo de escatimar lo podemos encontrar en quien organiza la fiesta de cumpleaños de su hijo. Si usa todos sus ahorros y dedica varias semanas a preparar el evento, se pude decir que esta persona no escatimó en nada. En cambio, si invita a pocos amigos del niño para no gastar y además compra lo más barato, alguien puede acusar al anfitrión de escatimar dinero en la organización del festejo.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que esta palabra también se usa mucho para darle forma a la expresión “no escatimar en esfuerzos”. Esta se emplea para dejar claro que una persona está haciendo todo el esfuerzo y todo el trabajo que puede para poder alcanzar una meta o un objetivo en concreto, por ejemplo.
Así, podríamos decir que Manuel no escatima en esfuerzos para aprenderse todo el temario de la oposición y de esta forma tener el mayor número de posibilidades de aprobar el examen y conseguir una de las plazas de la oposición de funcionario de la administración del estado.
Además, también es habitual que esa expresión sea muy utilizada por los poderes políticos. Un ejemplo de ello es que el rey Felipe VI ha solicitado en más de una ocasión que no se escatime en esfuerzos a la hora de poder conseguir prevenir atentados terroristas y de luchar de forma contundente contra el terrorismo.
Eso sin pasar por alto que los presidentes de las diferentes comunidades autónomas de España no dudan en manifestar que no van a escatimar en esfuerzos a la hora de mejorar las infraestructuras de la región, la educación, la sanidad pública e incluso las instalaciones que existen para el disfrute de todos sus ciudadanos, entre otras cosas.