El vocablo latino specĭmen llegó a nuestro idioma como espécimen. Así se denomina al ejemplar que exhibe, de manera notoria o clara, las características más importantes o habituales de su especie.
Nociones generales
Un espécimen, por lo tanto, es un modelo o un individuo que se emplea en una demostración. Se considera que el espécimen es representativo de su tipo por sus rasgos o sus propiedades.
Es habitual que la idea de espécimen aparezca en el terreno de la biología. El espécimen presenta los caracteres distintivos del grupo al cual pertenece; de este modo, puede formar parte de una colección o una exposición ya que tiene importancia para la ciencia y sirve como elemento educador.
Espécimen biológico
El concepto de espécimen biológico, en este marco, permite hacer referencia a una muestra de laboratorio que se utiliza con fines investigativos. El espécimen, por su condición representativa, contribuye a la realización de estudios cuyas conclusiones se toman como válidas para el resto de los ejemplares de su misma clase.
Uno de los puntos más importantes en torno a este concepto es el control de calidad. Si bien en los últimos años la búsqueda de normas generales que la garanticen han adquirido una gran importancia, esto no ocurría en sus orígenes.
Para la regulación de los especímenes biológicos es necesario contar con ciertas organizaciones que diseñen políticas específicas. En este marco podemos nombrar a la Oficina de Investigación de Biobancos y Especímenes Biológicos, cuyas siglas son OBBR. En 2008, la organización nacional francesa para la estandarización AFNOR presentó la primera norma de calidad de este ámbito.
En el ámbito postal
La noción de sello postal espécimen o de estampilla espécimen, asimismo, alude al sello de muestra que se envía a las oficinas postales y a los responsables de los correos para que estén en condiciones de reconocer la validez. Con esta práctica se combaten las falsificaciones.
El sello postal espécimen tiene una leyenda que lo identifica como tal, con el objetivo de invalidarlo para su uso comercial. En nuestro idioma se usa el término “Muestra”.
Esta práctica data de hace casi dos siglos, desde que comenzaron a emitirse las estampillas postales. En el año 1840, por ejemplo, todas las oficinas postales de Gran Bretaña recibieron muestras de los primeros sellos postales, los denominados Penny Black y Two pence blue; sin embargo, no se les imprimió ninguna marca para invalidarlas. Recién en 1847, cuando comenzó la producción de la estampilla de un chelín señalaron las muestras con el término «espécimen».
Para la economía
De manera similar, un billete espécimen es aquel que se imprime de forma limitada y se entrega a bancos e imprentas para posibilitar su reconocimiento. Estos billetes no tienen valor, ya que no son aptos como moneda de circulación legal.
Entre los destinos de estos billetes se encuentran los Bancos Centrales, instituciones que asumen la autoridad en materia de dinero en casi todos los países. Por lo general, estas entidades de carácter internacional se hacen cargo de emitir el dinero legal y también pueden tener la responsabilidad del diseño y la ejecución de la política monetaria nacional que corresponda.
Dado que en un principio el billete espécimen es idéntico a uno de curso legal, es necesario tomar ciertas medidas para evitar su uso fraudulento. En primer lugar, se le perfora o sobreimprime una expresión al estilo de «MUESTRA SIN VALOR» o «ESPÉCIMEN». Además, para reforzar la seguridad, se suelen asignar números de serie muy fáciles de identificar y extremadamente poco probables en un billete legal: ya sea con una secuencia ascendente o con todos sus dígitos iguales, salta a la vista que no es normal.