Durante el auge de la comunicación por carta, la estampilla ocupó un lugar central
Estampilla es el diminutivo de estampa: una reproducción de una foto, una pintura o un dibujo que, a través de la prensa o del tórculo, se traslada desde la lámina en la cual se encuentra grabada a un papel.
TemasUn letrero o un sello
La primera acepción de estampilla que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) hace referencia a un letrero que permite el estampado de un documento o al sello que presenta la rúbrica y firma de un individuo en facsímil.
En el continente americano, la idea de estampilla alude específicamente a un sello postal o de correos. También llamada timbre o sello, se trata de una especie de etiqueta que funciona como comprobante de pago de un envío que se realiza por correo.
Trasfondo
Por lo general la estampilla es un papel con forma cuadrada que se adhiere al sobre. Estos sellos surgieron en el siglo XIX a partir de una reestructuración del servicio postal británico que impulsaron Rowland Hill y James Chalmers.
Hasta entonces, los envíos postales eran abonados por el destinatario de acuerdo a la distancia recorrida. A partir de la creación de las estampillas, se estableció que fuera el remitente quien pague los envíos según el peso de la carta o paquete.
La primera estampilla de la historia, conocida como Penny Black («Penique Negro»), fue ideada por Hill y se emitió el 1 de mayo de 1840 en el Reino Unido. Con el tiempo, a partir de la variedad de los motivos y los diseños, surgió el coleccionismo de estampillas, conocido como filatelia.
Coleccionismo de estampillas
Hay gente de todas partes del mundo interesada en coleccionar estampillas; la cantidad se calcula en más de 200 millones, y este número solamente refleja los que hagan pública su actividad de alguna manera. En este inmenso grupo de personas hay diferentes razones para perseguir estos objetos que para otros no son más que trozos de papel: algunos lo hacen por pasión, y otros por el dinero que pueden ganar al venderlas. Y aquí entramos en el terreno de las estampillas raras, que suponen una ganancia muy superior a las comunes.
Se conoce con este nombre a aquellas que, por determinadas razones, existan en una sola unidad o bien que sean muy difíciles de conseguir; por ejemplo, las que tengan algún error de tipografía u otro defecto en su diseño o impresión. La cantidad máxima en la que suelen encontrarse es de cien, pero muchas de ellas a penas superan la unidad. Cabe mencionar que existen en casi todos los países, de manera que la «caza» de estampillas raras es un trabajo arduo y que requiere una atención constante a los mercados internacionales de segunda mano.
Las estampillas consideradas raras pueden costar una fortuna
La antigüedad, por otra parte, es un factor que puede convertir cualquier estampilla en un artículo raro ansiado por los coleccionistas. Tomemos por ejemplo el Penique Negro, emitida desde el año 1840; dado que lleva mucho tiempo discontinuada, esta estampilla se una de las más valoradas, eso sin entrar en las que tengan algún error de impresión que las vuelva únicas. No olvidemos otro aspecto que puede afectar esta apreciación: el estado de conservación. En otras palabras, si hay mil estampillas de un mismo tipo en circulación, pero solamente dos de ellas están íntegras, entonces son raras.
El precio de una estampilla rara no se puede calcular por medio de una ecuación universal, sino que depende también de las modas, de cuánta gente se interese por ellas en el momento en que alguien desea ponerlas en venta. A grandes rasgos, se han registrado precios que van desde los 10 mil dólares hasta pasado el millón.
