Un estuario es la región donde desemboca un curso de agua de gran caudal en el óceano. Suele estar compuesto por un único brazo de gran profundidad y tener forma similar a un embudo, con lados que se van alejando en la misma dirección que la corriente.
Es habitual que los estuarios -del latín aestuarĭum– presenten playas en sus costados y que, cuando se retiran las aguas, exhiban plantas que crecen en aguas saladas. Cabe destacar que, por lo general, el estuario se halla en zonas con mareas de gran amplitud.
El origen de un estuario está vinculado a la influencia que ejercen las mareas en la reunión de las aguas del río con las marítimas. Durante la pleamar, el agua marina ingresa al estuario y actúa como retención del agua que viene del río; en la bajamar, en cambio, la totalidad del agua entra con mucha fuerza en el océano, algo que deriva en una profundización del cauce.
Estuarios a lo largo del mundo
La amplitud de las mareas y los sedimentos que arrastran los ríos determinan la creación de los estuarios. Las mareas mas amplias se registran en la costa este de Canadá y en el noroeste de Francia, lo que permite desarrollar infraestructuras para la generación de energía eléctrica.
En la región ecuatorial, en cambio, los estuarios son poco frecuentes debido al elevado nivel de sedimentos que transportan los ríos y a la escasa amplitud de las mareas. En estos casos, es frecuente que la desembocadura del río genere un delta en lugar de un estuario.
Un ejemplo de estuario es la desembocadura del Río de la Plata en el océano Atlántico, en el límite entre Uruguay y Argentina.
La importancia ecológica
El estuario es un refugio y una fuente de alimentación para muchísimas especies del reino animal y vegetal. Sustenta tanto a especies que residen en ese lugar como a otras que están de paso; además proporciona una barrera natural contra las tormentas, por lo que muchos animales pueden ir a guarecerse hasta que éstas se desplazan, sin correr peligro. Su sistema de paredes controla también las inundaciones y comprende sistemas protegidos tales como los manglares, los humedales y las praderas de yerbas marinas.
Por otro lado, el agua de mar, al encontrarse con la del río, pierde un gran porcentaje de la salinidad, volviéndose más apta para albergar la vida de miles de especies; además, al encontrarse semiencerrada por bordes continentales y a la vez estar conectada con el océano, es agua que siempre se renueva y, al trasladarse, permite la diversificación de especies de un punto a otro de la costa. Cabe mencionar también que ofrece una temperatura ideal par la proliferación de la vida.
En estos espacios la productividad biológica es muy alta, se concentran una gran variedad de peces y moluscos. Cabe mencionar también que en algunos estuarios, como los ubicados en Chile, hay bancos naturales de Mytilus chilensis y Choromytilus chorus: se trata de espacios inmensos donde poblaciones de estas especies anidan.
Lamentablemente el ser humano utiliza los recursos como le viene bien y no se pregunta cuestiones como el tiempo necesario que debe pasar para que el mismo se recupere. Sin embargo es importante tener presente que los estuarios ofrecen muchísimas ventajas y podrían ser un útero ideal para la repoblación de ciertas especies que en otros lugares han sido diezmadas. Es necesario conocer sus ciclos y comprender cuáles son los recaudos que deben tomarse antes de explotar este recurso natural renovable.