El adjetivo etario deriva del vocablo latino aetas, que se traduce como “edad”. La noción de etario se emplea para calificar a los individuos que tienen la misma edad o a aquello vinculado a la edad de un sujeto.
Por ejemplo: “Nuestro espectáculo está orientado a un grupo etario muy amplio”, “La mayoría de los casos de esta enfermedad se presenta en la franja etaria de 60 a 75 años”, “¿Podrías darme algunos consejos? Me cuesta comunicarme con los integrantes de este rango etario”.
El rango etario
Cuando se alude a nociones como rango etario o franja etaria, se está haciendo referencia a las personas o a los animales que tienen entre una cantidad mínima y una cantidad máxima de años determinadas. Es decir, se establece un piso y un techo que funcionan como topes para la delimitación de un grupo.
Supongamos que un equipo de psicólogos propone un estudio sociológico para analizar las costumbres de un cierto sector de una comunidad. Los responsables de la investigación establecen un rango etario que va de los 18 a los 25 años de edad. Si en la comunidad en cuestión hay 2000 jóvenes que tienen entre 18 y 25 años, esos individuos serán considerados para el desarrollo del análisis. En el rango etario elegido, en definitiva, se encuentran 2000 seres humanos.
Construcción de conjuntos de acuerdo a la edad
Un grupo etario o un conjunto etario, de igual modo, está integrado por personas de la misma edad o de una edad similar. Los ancianos que tienen entre 80 y 90 años, por citar un caso, componen un grupo etario.
Los grupos etarios son importantes en el marketing ya que los intereses de los consumidores suelen ser similares según la edad, aunque siempre hay excepciones.
Un grupo etario según la visión empresarial
Las grandes empresas se apoyan en el supuesto de que cada grupo etario tiene gustos similares para idear y promocionar sus productos y servicios, del mismo modo que planea sus campañas tomando en cuenta el sexo de sus potenciales consumidores asumiendo que eso determinará sus intereses y necesidades. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja que esta visión arcaica de la sociedad, y en el práctica cada individuo puede tener gustos diferentes, de manera independiente a su edad u orientación sexual.
A pesar de que basarse en este dato para intentar determinar los gustos o las ideas de un grupo de gente pueda resultar absurdo, existe una cierta lógica detrás de tal decisión. Todos los integrantes de una sociedad nos vemos expuestos a una serie de estímulos similares, que nos llegan en diferentes momentos de nuestra vida para ayudarnos a participar de las actividades consideradas «normales». Por ejemplo, la industria del cine nos ofrece películas que cree adecuadas para cada franja etaria, de manera que nos enseñen lecciones útiles durante la etapa de formación y nos aporten historias más complejas en la adultez.
Esto nos dice que muchas personas de la misma edad reciben las mismas ofertas cinematográficas al mismo tiempo, por ejemplo. Sin embargo, este dato es insuficiente, ya que una porción de la sociedad rechaza las propuestas comunes en pos de otras, o bien no les llegan, por diferentes circunstancias de la vida. Estos individuos también forman parte de un grupo etario, aunque no compartan sus gustos ni sus ideas.
La mirada de la medicina
Otro ámbito en el cual el grupo etario es importante y se considera determinante es la medicina. En este caso no entran en juego las ideologías ni los gustos personales, sino la tendencia del organismo a desarrollarse y a enfrentar los agentes externos, por lo cual el porcentaje de aciertos es mucho mayor que en la industria del entretenimiento.
De todos modos, incluso en este campo existen muchas excepciones, que dejan perplejos a los científicos y los llevan a replantearse sus conocimientos.