La etnolingüística es una disciplina científica dedicada al análisis de los vínculos entre la lengua y la cultura. También conocida como antropología lingüística y como lingüística antropológica, estudia cómo varía el lenguaje según cada civilización.
Idioma y etnia
Uno de los objetivos de la etnolingüística es investigar las relaciones existentes entre la lengua hablada por varias comunidades y la cultura en la cual están inmersos dichos pueblos. Puede decirse, en este marco, que este campo del saber se orienta a la relación entre un idioma y una etnia.
Es importante tener en cuenta que, para la etnolingüística, la lengua está constituida por conocimientos lingüísticos que permiten reflejar saberes extralingüísticos. Es por eso que una lengua varía según la cultura.
El surgimiento de las jergas, el establecimiento de términos tabú, el desarrollo de los proverbios y los préstamos lingüísticos son algunos de los objetos de estudio de la etnolingüística. Se puede afirmar que la etnolingüística considera los usos lingüísticos asociados con la etnia y los cambios de la lengua según la cultura.
Diferentes culturas
Usamos la lengua para dar nombre a los objetos que nos rodean, los cuales componen el mundo del que nos sentimos parte. Es importante entender que esto se aplica al plano material tanto como al ideal. Por medio de las palabras y los conceptos damos significado a este mundo, y creamos categorías para agrupar los objetos, que relacionamos de acuerdo con diferentes parámetros que los asemejen, ubicamos en jerarquías teniendo en cuenta su grado de abstracción y en modelos que nos dan la inducción y la deducción.
Entendemos por inducción un razonamiento según el cual la verdad de cada premisa sirve de soporte para la conclusión, aunque no la garantizan; la deducción, en cambio es un proceso que vuelve imposible que la conclusión y las premisas tengan diferentes valores de verdad. Volviendo a la lengua y el mundo, la primera establece un orden para relacionarnos con el segundo. La etnolingüística contempla las diferencias entre las culturas, sus lenguas y las relaciones entre estos dos elementos, de manera que aplica diversos sistemas de clasificación. Por ejemplo, no todas las lenguas tienen palabras para los mismos conceptos, ni les dan a las que sí comparten la misma extensión semántica, pero esto no debería usarse para jerarquizarlas.
Usamos el idioma para expresar nuestras experiencias, hacer referencia a las cosas y a los demás seres vivos, situar nuestros relatos en el tiempo y el espacio, opinar acerca de los mensajes ajenos, etcétera. Para esto y más, cada cultura elabora a lo largo de su historia una estructura compuesta por vocablos y reglas de uso. Sin embargo, no siempre contemplan todas las posibilidades, y es entonces que surge la adaptación y la amplificación por medio de préstamos, neologismos y otros recursos.
Ya sea tomar palabras o expresiones de otro idioma, crear nuevas e incorporarlas poco a poco o bien agregarle a una palabra un significado que tenga en otro, tenemos la posibilidad de reflejar en la lengua la evolución que atraviesa la cultura, un fenómeno inevitable que desde luego tiene en cuenta la etnolingüística y que vuelve especialmente complejo su estudio.
Estudio de los signos lingüísticos
Otra manera de entender la etnolingüística es como la investigación de la historia, el desarrollo y las modificaciones de los signos lingüísticos que utiliza una etnia. Cabe resaltar que, en su devenir histórico, esta disciplina forjó distintas tradiciones.
La tradición europea de la etnolingüística se basó en la reflexión sobre los dialectos de Europa y el folklore de los mismos. La tradición estadounidense, por su parte, apuntó a estudiar las lenguas africanas y amerindias para compararlas con el inglés. De todos modos, existen otras vertientes dedicadas a abordar los ámbitos de interés desde diversas perspectivas.