El primer paso que vamos a dar es descubrir el origen etimológico del término exégesis que ahora nos ocupa. En este caso, podemos exponer que se trata de una palabra que deriva del griego, concretamente de “exégesis” y que literalmente significaba “guiar hacia fuera”.
Es un vocablo que se traduce como “relato”. El término, que también se puede pronunciar con acento en la tercera sílaba (exegesis), alude a una disquisición, una dilucidación o una explicación.
El concepto de exégesis se utiliza en referencia a la interpretación crítica de ciertos textos. A la persona que se dedica al desarrollo de esta actividad se la conoce como exégeta.
Entre los sinónimos de exégesis podemos destacar algunos tales como explicación, interpretación, comentario, glosa, descodificación o exposición, por ejemplo.
La exégesis consiste en considerar el texto de manera objetiva para extraer su significado. La eiségesis, en cambio, supone la inclusión de una mirada subjetiva en la interpretación que se realiza.
Para llevar a cabo la exégesis, se deben analizar las palabras más significativas y estudiar tanto el contexto de la producción del texto como el contexto del pasaje analizado en el seno del contenido. La finalidad del proceso es desarrollar otro discurso en el cual se presente la interpretación del texto original que realiza el exégeta.
Lo habitual es que la exégesis esté orientada al análisis de textos sagrados. Por eso aparece vinculada a religiones como el cristianismo, el judaísmo y el islam. De todos modos, también se desarrolla con textos jurídicos.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que el exégeta es importante que realice su trabajo empleando distintas metodologías, entre las que destacan las siguientes:
-Crítica histórica, donde se encargará de valorar el texto bíblico en cuestión teniendo en cuenta el contexto histórico en el que fue creado.
-Crítica textual, ciñiéndose al texto para poder “reconstruirlo” de forma fiable, veraz y confiable.
-Crítica literaria, que llevaría a tener que estudiar y analizar a fondo desde la composición y la forma del texto en cuestión hasta el ambiente religioso de la época.
Asimismo, es importante que el exégeta que sea creyente tendrá que compaginar lo que es su fe con su trabajo metódico y riguroso.
Cabe destacar que, por su propia definición, exégesis puede utilizarse como sinónimo de hermenéutica. De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), hermenéutica es el arte consistente en la interpretación de textos, por lo cual se trata de una noción equivalente a la idea de exégesis.
No obstante, hay teorías que, aunque reconocen que exégesis y hermenéutica son muy similares, hay algo que las diferencia. Así, se determina que la primera es la acción que supone la extracción del significado que tiene un texto bíblico en concreto. Por el contrario, indican que la segunda de lo que se encarga es de describir la interpretación de ese texto.
Partiendo de esta diferenciación quedaría claro que son cosas diferentes, pero realmente complementarias.
Aunque cada especialista tiene su pensamiento al respecto, puede sostenerse que la exégesis, en un sentido general, requiere comprender un texto en su contexto histórico y llevar su significado a términos actuales.