Explosión, del latín explosio, es la liberación violenta de energía que está encerrada en un volumen pequeño, lo que produce un aumento rápido de la presión con desprendimiento de luz, gases y calor. El término también se utiliza de manera simbólica para referirse al desarrollo repentino de algo.
Demográfico, por otra parte, es aquello perteneciente o relativo a la demografía (el estudio estadístico de una población humana que se encarga de analizar la estructura y evolución de una comunidad desde una perspectiva cuantitativa).
Qué es una explosión demográfica
Una explosión demográfica, por lo tanto, es un aumento súbito de la cantidad de habitantes en una determinada región. Este incremento de la población tiene consecuencias importantes y genera cambios socioeconómicos.
La noción de explosión demográfica también puede entenderse a partir de un incremento sostenido del número de habitantes hasta el punto en que la infraestructura y los sistemas ya no dan abasto para satisfacer las necesidades de las personas.
Sus causas
Existen diversas teorías y posturas sobre la explosión demográfica. Muchos asocian el aumento poblacional a la falta de educación sexual y al hacinamiento en que viven millones de familias en los países subdesarrollados. Por eso ciertas tendencias piden controles de natalidad por parte de las autoridades y la difusión del uso de métodos anticonceptivos.
El número de habitantes a nivel mundial tiende a subir, además, por el crecimiento de la esperanza de la vida. Desde esta postura, la explosión demográfica no se da por el aumento de los nacimientos, sino por una «reducción» de los fallecimientos (las personas se mueren a mayor edad).
Un economista británico de nombre Thomas R. Malthus, quién vivió entre los años 1766 y 1834, dedicó parte de su obra al estudio de la explosión demográfica y en su teoría sobre las poblaciones aseguró que éstas crecen de manera geométrica mientras que los recursos naturales necesarios para mantenerlas lo hacen de forma aritmética. En su libro titulado «Ensayo sobre el principio de la población«, expresó que si el ser humano no comenzaba voluntariamente a reducir la tasa de natalidad, llegaría un punto en el cual nuestra raza no podría sostenerse. Malthus realizó una serie de cálculos que muestran de manera gráfica, a la vez que alarmante, los potenciales resultados de la reproducción desmedida de nuestra especie, aunque cabe aclarar que se trata de una estimación realizada hace cerca de dos siglos y que desde ese entonces se han tomado medidas en varios países para evitar tal colapso; a continuación se detallan sus pronósticos:
* si la población mundial continuaba duplicándose en número cada tres décadas y media, como ocurría hasta el momento de la publicación de su libro, entonces para el año 2600 habría tantos seres humanos que tan sólo podrían mantenerse de pie. Tomando en cuenta Groenlandia y la Antártida, la superficie sólida de la Tierra nos ofrecería 3 centímetros cuadrados a cada uno;
* aunque resultaría imposible llegar a ese punto, si dicha situación se extendiera hasta el año 3550, entonces la masa de tejido humano igualaría la del propio Planeta;
* respondiendo a quienes creían en la emigración a otros planetas como la solución a la reproducción excesiva, Malthus sugirió que si se conociesen 1000 millones de planetas que nuestra especie pudiera habitar y a los cuales pudiéramos enviar gente sin problema, entonces todos ellos quedarían repletos de personas para el año 5000, y dos mil años más tarde la masa humana igualaría la dichos planetas.
Visto desde esta perspectiva, la reproducción humana parece una constante explosión demográfica, ya que no se realiza con un objetivo coherente con el medio ambiente y sus posibilidades, sino de una manera egoísta e irresponsable.