El vocablo griego phōnḗ, que puede traducirse como «voz» o «sonido», derivó en phōnētikós. Este término, a su vez, dio lugar en el latín moderno a phoneticus.
Sonidos del habla
A nuestro idioma la idea llegó como fonética, que puede usarse como adjetivo o como sustantivo. Según la primera acepción mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario, el concepto permite aludir a aquello vinculado a los sonidos del habla.
La fonética, en este marco, puede referirse a los sonidos de una lengua. Tomemos el caso de un actor español que no comprende el idioma inglés pero que, sin embargo, interpreta a un personaje en una película de habla inglesa. El artista memoriza y repite aquello que tiene que decir por fonética: es decir, por su sonido, aunque sin saber el significado.
También es común que los actores tomen clases de fonética para mejorar su pronunciación antes de sus presentaciones, incluso si deben hablar su mismo idioma. En algunos casos, esto los ayuda a representar un acento diferente, ya que para una actuación precisa no se pueden apoyar en las reglas generales sino que deben aprender a fondo todas sus particularidades.
En el ámbito del canto lírico, el aprendizaje de idiomas extranjeros es casi obligatorio para la mayoría, ya que los repertorios suelen incluir obras en italiano, francés, alemán e inglés, entre otros. Aquí la fonética tiene una dificultad agregada, porque se debe adaptar a la colocación del canto en las diferentes regiones de la voz: no es lo mismo pronunciar una palabra en el registro central que en el sobreagudo, por ejemplo.
En lingüística
En el ámbito de la lingüística, se denomina fonética a la rama de la gramática centrada en el análisis de los procesos que permiten producir, transmitir y percibir las señales sonoras que forman el habla. En la fonética es posible distinguir entre la fonética acústica, la fonética articulatoria y la fonética auditiva.
Puede afirmarse que el emisor, recurriendo a la fonética articulatoria, codifica su mensaje. El receptor, en tanto, lo decodifica mediante la fonética auditiva. La fonética acústica, finalmente, está asociada al canal de transmisión.
Fonética acústica
La fonética acústica, asociada a la física, se orienta a las características de la onda sonora que se transmite por un canal. Se apoya en la ciencia para medir dichas ondas, que durante el habla viajan a través del aire.
Los fonemas tienen rasgos articulatorios asociados; los sonidos, en cambio, se asocian con rasgos de tipo acústico, de manera que tenemos sonidos vocálicos o no vocálicos, nasales u orales, graves o agudos, compactos o difusos y consonánticos o no consonánticos, entre otros. Para esta medición se usan los espectrogramas, que reflejan los varios formantes en los que se puede descomponer el sonido.
Fonética articulatoria
La fonética articulatoria, por su parte, aparece en la construcción del mensaje por parte del emisor que produce los sonidos. Se centra en el aspecto fisiológico de los sonidos, en el trabajo de los órganos que participan de su producción, estudiando las diferentes posibilidades que existen de acuerdo a su posición y al camino que recorre el aire durante la fonación.
Fonética auditiva
La fonética auditiva, por último, analiza cómo se comporta la onda sonora en el interior del oído y cómo el receptor interpreta lo que percibe. Por sus características, esta rama de la fonética también se conoce como perceptiva. Si bien solemos asociar la fonética con la producción de sonido, de nada serviría que tan sólo existiera ese aspecto. Algo similar se puede decir de la luz y la oscuridad, de la nada y del todo: son conceptos que se complementan de manera obligatoria.