La gravedad es una fuerza física que la Tierra ejerce sobre todos los cuerpos hacia su centro. También se trata de la fuerza de atracción de los cuerpos en razón de su masa.
La gravedad -término que procede del latín gravĭtas– está vinculada al peso, que es la fuerza de gravedad que ejerce la masa del planeta sobre todos los objetos que se encuentran dentro de su campo gravitatorio. El peso del mismo cuerpo puede variar en distintos planetas si la masa de éstos es diferente a la masa de la Tierra.
Características de la gravedad
El físico, matemático, filósofo e inventor inglés Sir Isaac Newton fue quien propuso la ley de gravitación universal o teoría de la gravedad. Newton afirmó que todo objeto que posee masa ejerce una atracción gravitatoria sobre cualquier otro objeto con masa, más allá de la distancia existente entre ambos. A mayor masa, mayor fuerza de atracción; por otra parte, a mayor cercanía entre los objetos, mayor fuerza de atracción.
No obstante, no hay que olvidar el hecho de que a lo largo de la historia han existido otros científicos e investigadores que también han dejado su impronta sobre el concepto de gravedad. Este sería el caso, por ejemplo, del físico alemán Albert Einstein, quien es conocido precisamente por su teoría de la relatividad general.
En 1915 fue cuando Einstein presentó dicha teoría a la comunidad científica, que básicamente podríamos decir que es una reformulación del término gravedad. En concreto, con aquella lo que hizo fue establecer que la gravedad, más que una fuerza de atracción, es una muestra de la distorsión o curvatura de la geometría espacio-tiempo. Una distorsión que, claramente, está influenciada por el conjunto de objetos que forman parte de la misma.
En definitiva, la gravedad una de las interacciones físicas fundamentales (junto a la fuerza electromagnética, la fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte).
La gravedad produce los movimientos que pueden observarse en el universo, como la órbita de la Tierra en torno al Sol y la órbita de la Luna (un satélite natural) alrededor de nuestro planeta. Por eso no solo es un fenómeno de interés para la física, sino también para la cosmología, la astronomía y la astrofísica.
Hay que subrayar la relevancia de la gravedad en la descripción de los movimientos celestes. Esto se debe, sobre todo, a que se trata de una fuerza atractiva que, en determinadas circunstancias, actúa como una fuerza repulsiva. Así ocurre con la energía oscura, que sería responsable de la aceleración de la expansión universal. No hay que confundir la energía oscura (que, como su nombre lo indica, es una forma de energía) con la materia oscura, aunque las dos componen gran parte de la masa del universo.
La mecánica cuántica
La mecánica cuántica, también mencionada como física cuántica, se dedica al análisis de la naturaleza a escala pequeña, estudiando las interacciones de las partículas subatómicas y los sistemas atómicos con diversas fuerzas. Para la mecánica cuántica, la liberación de energía se da en unidades llamadas cuantos.
Se denomina gravedad cuántica, en este marco, al campo que pretende unificar la teoría de la relatividad general y la teoría cuántica de campos. Hay que destacar que esta teoría cuántica de campos logra describir todas las fuerzas fundamentales con la excepción de la gravedad.
La unificación de ambas clases de fenómenos posibilitaría, por ejemplo, comprender qué sucede adentro de un agujero negro y qué ocurrió en el inicio del Big Bang.
La circunspección y la importancia
En otro sentido, la noción de gravedad está relacionada a la compostura y la circunspección. Por ejemplo: «Solemne, el portavoz del gobierno anunció con gravedad la muerte del primer ministro», «No me gustan las cenas donde todos actúan con gravedad y sin espontaneidad».
El término también hace referencia a la grandeza, importancia o enormidad de alguna cuestión: «La gravedad de la epidemia quedó manifiesta con la muerte de veinte personas en el área metropolitana de la ciudad», «El policía fue herido de gravedad tras recibir cuatro impactos de bala en su cuerpo».
Tipos de gravedad
En cuanto a la relevancia, puede diferenciarse entre varios tipos de gravedad en el ámbito de la medicina. De esta manera, podemos establecer que existen los siguientes niveles:
- Leve. En este caso los síntomas que tiene el paciente le producen una alteración mínima en su actividad laboral o social.
- Moderada. Los síntomas de la persona en cuestión se encuentran a medio camino entre los leves y los graves.
- Grave. La enfermedad o patología que sufre alguien daña de manera notable las anteriores actividades citadas.
Por otro lado, se reconocen los siguientes cuadros a partir de la variación de los síntomas y los cambios en la gravedad:
- Remisión parcial. Con este concepto se expresa que, de los síntomas que tenía el paciente, sólo mantiene algunos.
- Remisión total. Todos los síntomas del trastorno ya han desaparecido, pero sigue siendo necesario realizare revisiones para llevar un control del cuadro.