Se llama gravilla a la grava de tamaño reducido. Este material se utiliza para producir cemento y para pavimentar.

Antes de avanzar con la definición de gravilla, por lo tanto, hay que centrarse en el concepto de grava. A las piedras machacadas que se emplean con el objetivo de cubrir una superficie se las conoce como grava, término que también puede hacer referencia a las guijas que se encuentran en los cauces de los ríos y los arroyos y en las orillas.
Cuando la grava es pequeña o está compuesta por partículas de dimensiones poco considerables, recibe el nombre de gravilla. Ambas nociones, de todos modos, son similares y por eso suele usarse una u otra palabra casi sin distinción.
Por ejemplo: “Mientras trotaba por el parque me resbalé y al caer me raspé con la gravilla”, “El camino para acceder a la gruta está cubierto de gravilla”, “Nadé un rato en el lago y al salir me senté sobre la gravilla a descansar y a contemplar el paisaje”.
La gravilla se utiliza con varios fines. En el ámbito de la jardinería, por mencionar una posibilidad, la gravilla sirve para decorar o para la creación de senderos y caminos. Por lo general la gravilla se comercializa en bolsas y es posible elegirla según el tamaño de las piedras, el color y otras variables.
Una de las ventajas de la gravilla es que resulta muy fácil de instalar. Primero se debe limpiar el terreno, eliminando las malas hierbas y otros elementos indeseables, y luego hay que alisarlo para lograr un buen acabado.