Una guerra mundial es un conflicto bélico a gran escala que cuenta con la participación de países de distintos continentes. Existe consenso respecto a la existencia de dos guerras mundiales a lo largo de la historia: la Primera Guerra Mundial (que tuvo lugar entre 1914 y 1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939–1945), escritas siempre con sus iniciales en mayúsculas.
Cabe destacar que una guerra es un conflicto bélico o lucha armada entre dos o más países o bandos. El concepto se relaciona con términos como batalla, combate y lucha, entre otros. Mundial, por su parte, es un adjetivo que permite nombrar a aquello que se desarrolla en varios países del mundo.
Las distintas guerras mundiales
En la Primera Guerra Mundial, también conocida como Gran Guerra, se movilizaron más de 60 millones de soldados y fallecieron 10 millones de personas. El conflicto estalló por el enfrentamiento entre el Imperio austrohúngaro y Serbia, que contó además con la participación de Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido, Bélgica, Japón, Estados Unidos e Italia, entre otros países.
Hay quienes dicen que la Segunda Guerra Mundial fue el único conflicto que verdaderamente se desarrolló a escala planetaria. Intervinieron más de setenta países y murieron unos 60 millones de personas, lo que supone cerca del 2% de la población mundial de la época.
La eventual declaración de una Tercera Guerra Mundial ha sido puesta en duda por los historiadores. La mayoría de los conflictos bélicos actuales cuenta con la participación, ya sea directa o indirecta, de países de todo el mundo a través de sistemas de alianzas o de organizaciones supranacionales como la ONU. Por lo tanto, es probable que formalmente nunca se declare el inicio de una tercera guerra.
Consecuencias del conflicto que se desarrolló entre 1939 y 1945
Además del saldo millonario de víctimas, contando a los soldados y a los civiles, la Segunda Guerra Mundial marcó una huella imborrable en la historia de la humanidad. A nivel económico y de infraestructura, muchos países europeos sufrieron un fuerte impacto, así como ocurrió con China y Japón.
La Unión Soviética y Estados Unidos fueron lo países que más fuerza cobraron durante la guerra. Sus diferencias a nivel ideológico fueron el punto de partida de sus batallas, lo que dio lugar a dos bandos de países aliados: los soviéticos ocuparon gran parte de Europa central y oriental, sumando a su grupo a Lituania, Estonia, Moldavia, partes de Polonia y Finlandia, y Letonia.
Polonia ganó parte de antiguos territorios alemanes, mientras que Alemania se dividió en dos: en su mitad occidental, tomada por Norte América, Reino Unido y Francia, se desarrolló un gobierno democrático; la zona oriental, por otro lado, vio la invasión soviética y la imposición del comunismo como forma de gobierno.
La alianza militar creada por la Unión Soviética se conoció como Pacto de Varsovia, mientras que la norteamericana recibió el nombre de OTAN. Francia se mostró a favor de Norte América, aunque su independencia se vio menos afectada que la de los demás países de Europa. A pesar de haber salido victoriosas, Francia y el Reino Unido vieron cómo su poder disminuía, lo cual se reflejó en la descolonización de algunos de sus territorios de ultramar: Pakistán y la India consiguieron independizarse; en Argelia y Vietnam, por otro lado, comenzaron a luchar contra el sistema de la colonia.
Ante el deterioro que sufrieron los países europeos a nivel económico, Norte América dio comienzo a un plan de asistencia denominado Marshall, que tenía como objetivo devolver la fuerza a sus aliados; para ello ofreció una serie de préstamos. Opuesto a la ruina de algunos, Estados Unidos se convirtió en el país con la economía más fuerte del planeta y el capitalismo adoptó el dólar como su moneda de referencia.