Hastío proviene de un vocablo latino que, según lo define el diccionario de la Real Academia Española (RAE), está vinculado con la repugnancia a la comida.
Algunos ejemplos en los que se encuentra la palabra: «Anoche comimos hasta el hastío, ahora sólo quiero descansar y no tocar un plato», «Estas fiestas pienso comer hasta el hastío: ya habrá tiempo para las dietas», «Siento un gran hastío, creo que algo me cayó mal».
El hastío como aburrimiento
El término también se utiliza como sinónimo de tedio, disgusto, desolación, cansancio, agotamiento, hartazgo o aburrimiento.
El hastío surge cuando algo causa molestias o cuando no se halla nada que divierta y entretenga. El trabajo monótono, la rutina y las limitaciones externas (como estar encerrado en un ambiente sin ventanas) contribuyen al hastío.
La persona que sufre hastío siente que el tiempo no transcurre y que no existe nada capaz de motivarlo. Si el hastío se sostiene en el tiempo o es muy frecuente, es probable que estemos ante un caso de depresión.
Para superar esta sensación, la gente suele recurrir a los denominados pasatiempos, que son actividades y juegos que ayudan mantenerse concentrado y a plantear desafíos, como las palabras cruzadas, los crucigramas, los rompecabezas, el sudoku y los videojuegos: «Te traje unos crucigramas a ver si dejas el hastío de lado».
Orígenes de la sensación
Las causas de este trastorno pueden ser muchas, dependiendo de la persona que lo padezca; generalmente se encuentra ligado a la sensación de no tener la vida que se desea, de sentir fastidio y cansancio por la realidad de la que se es parte.
Cuando una persona es presa del hastío no es capaz de disfrutar del tiempo libre; siente un gran peso por no estar haciendo algo productivo y suele ser dominada por una gran desazón y soledad que la llevan a sentirse cada vez peor.
Hastío en la psicología y filosofía
Según la definición del concepto se presenta como la existencia desprovista de sentido: sensación que aparece cuando ya no queda nada por temer o nada en que creer. Uno de los problemas de esta sensación es que puede llevarnos a optar por acciones impulsivas que, generalmente, pueden ser perjudiciales para los propios intereses. Esto se debe a que somos capaces de hacer lo que sea con tal de salir de esa sensación.
Los psicólogos afirman que una de las razones posibles para que alguien se vea propenso a probar alguna droga es el hastío (por evadirse de esa sensación de que nada vale la pena). También existen estudios que apuntan que los accionistas pueden vender o comprar sin razón lógica, simplemente porque sufren de hastío, provocando daños enormes en sus finanzas.
Si buscamos la definición filosófica del concepto, nos encontraremos con muchos autores que se han explayado en el tema; entre ellos: Kierkegaard, Nietzsche y Postman. las teorías van desde, que dios creó el mundo porque se aburría, hasta que se trata de una sensación que nos vincula con el cosmos, que nos permite analizar la vida desde otra perspectiva, aunque mal la utilizamos.
Posiblemente la noción que más se acerca a lo aceptado por la mayoría de las corrientes es que el aburrimiento es la sensación de mortalidad. Es decir, que solamente cuando sentimos que no deseamos hacer nada somos conscientes de que el tiempo corre y que no estamos aprovechándolo, y que tarde o temprano ya no nos quedará tiempo. La diversión, en cambio, nos distrae y nos facilita la vida. Caminamos hacia la muerte, de todas formas, aunque inadvertidamente; es decir, no tenemos total conciencia de ello, y la vida en ese caso nos pesa menos.