Hetero es un elemento compositivo que alude a lo diferente. El término, derivado de la lengua griega, permite construir múltiples conceptos.
Heterosexual
Uno de los más usados es heterosexual, que refiere a la inclinación sexual hacia personas del sexo opuesto. En el lenguaje coloquial, de hecho, hetero se utiliza como sinónimo de heterosexual.
Los vínculos heterosexuales se establecen entre sujetos de diferente sexo. Si un hombre mantiene una relación sentimental con una mujer, dicha relación puede calificarse como heterosexual. En cambio, una pareja homosexual implica la intervención de dos hombres o de dos mujeres.
Por ejemplo: “Mis dos hermanos son heteros pero yo soy homosexual”, “Las personas aceptan la manifestación del amor hetero, pero cuando están frente a una pareja homosexual, suelen mostrarse incómodas”, “Este es un bar donde todos se divierten, sin importar si son heteros o gays”.
La heteronormatividad
Se conoce como heteronormatividad, en este marco, al sistema social que presenta las relaciones heterosexuales como “normales” o “necesarias”. Este tipo de régimen privilegia la heterosexualidad como mecanismo preponderante para el establecimiento de los vínculos afectivos y sexuales y, a su vez, invisibiliza y hasta persigue otras clases de relaciones.
A diferencia de lo que ocurre con la homosexualidad, la sociedad no impone ningún límite a los heterosexuales para hablar de sus gustos o expresarlos con total libertad. Las parejas heterosexuales pueden caminar de la mano, abrazarse y besarse en un parque donde haya personas de todas las edades, y, salvo raras excepciones, nadie se sentirá ofendido. Dos hombres o dos mujeres que intenten moverse por el mundo con este grado de despreocupación seguramente sufran graves consecuencias.
No olvidemos que en algunos países la homosexualidad es ilegal, está penada por la Ley. Sobra decirlo, pero no existe ninguna parte del mundo en la que ocurra algo similar con la heterosexualidad. En definitiva, la vida del hetero es mucho más fácil que la del homosexual, ya que su sexualidad no supone ningún problema legal ni social. El concepto de familia sigue estando ligado a la heterosexualidad en la mayoría de los casos, y esto no sólo promueve la invisibilización sino que también perjudica económicamente a las familias de padres homosexuales, negándoles ciertas ayudas.
Los argumentos en los que se apoya la heteronormatividad, así como cualquier otra teoría que atente contra la diversidad, suelen girar en torno a cuestiones como la protección de los menores y la continuidad de nuestra especie: los detractores de la homosexualidad afirman que un niño no puede recibir una crianza adecuada a menos que tenga un padre y una madre, y también temen que si «proliferan» estas relaciones el ser humano se extinga. Lamentablemente, el poder suele estar en manos de gente con esta limitada capacidad de raciocinio, que alimenta de forma inevitable el odio y el miedo al cambio.
Uso del elemento compositivo en la literatura
En el terreno de la literatura, un heterónimo es una identidad falsa que adopta un escritor con el objetivo de atribuirle una o más obras. Mientras que el pseudónimo funciona como un apodo o un nombre sustitutivo, el heterónimo se constituye como una personalidad literaria autónoma, con emociones y características diferentes a las del autor real.
El portugués Fernando Pessoa es reconocido por apelar a múltiples heterónimos. Bernardo Soares, Álvaro de Campos y Alberto Caeiro son algunos de ellos.
Otros usos de «hetero»
Por último, cabe destacar que heterocigoto (un organismo que tiene dos lotes cromosómicos en cada célula), compuestos heterocíclicos (aquéllos cuyos átomos pertenecen a un mínimo de dos elementos diferentes) y heterocerca (aleta caudal de un pez), entre otras nociones, también pueden formarse con el elemento compositivo hetero.