Hipóstasis procede del latín tardío hypostăsis, a su vez derivado del griego hypóstasis. La primera definición mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario refiere a tomar algo abstracto como real.
De abstracto a existente
La hipóstasis supone considerar un concepto abstracto y atribuirle una existencia independiente. Dicho de otro modo, otorga el rango de substancia a lo que es apenas una relación o una propiedad de un elemento.
Es posible asociar la hipóstasis al idealismo, ya que este movimiento filosófico sostiene la existencia independiente de las ideas. En el neoplatonismo, tenemos la teoría del filósofo griego helenístico Plotino, quien trató las hipóstasis de el Uno, el intelecto y el alma. Nótese que neoplatonismo es el nombre que reciben los diversos puntos de la historia en los cuales el platonismo (la doctrina filosófica creada por los discípulos de Platón desde el siglo I a. C.) se vio revitalizado.
Es común encontrar este término como sinónimo de sustancia o ser, aunque esto no es del todo preciso. Sin embargo, desde una mirada metafísica u ontológica, sí podemos decir que equivale a «ser de una manera real, verdadera» o incluso a la «realidad verdadera». El filósofo prusiano Immanuel Kant comenzó a usar la palabra hipostasiar para hacer referencia a los diferentes casos en los cuales la acción de pensar en los objetos que no existen en la realidad se mezcla con el conocimiento que supuestamente tenemos de ellos.
Etimología
Al principio de este artículo mencionamos el origen de este término, pero a continuación veremos su etimología en mayor profundidad. El sustantivo griego hipóstasis surgió del verbo hyphístēmi, que se puede definir como «estar debajo de, existir, estar presente» o como «poner o colocar debajo, sostener», según estudiemos su definición como verbo intransitivo o transitivo, respectivamente.
Tanto Aristóteles como Hipócrates usaban esta palabra con un sentido científico, como ser «soporte, subyacente, aquello que se acumula bajo una superficie», tal como pueden ser una precipitación, un sedimento o la resina que desciende de las plantas. Llegó el momento en el cual comenzaron a asignarle significados metafóricos, como ser «fundamento, concepto básico, plan general».
Es probable que el significado usado en la filosofía haya derivado de la idea del sedimento que se acumula en el fondo de una vasija con líquido, ya que éste no se puede observar desde el primer momento, cuando se vierte el líquido, porque está «oculto»; sin embargo, poco a poco se acumula y condensa hasta que se vuelve visible en la base. De hecho, incluso luego de la evaporación del líquido, el sedimento permanece. Así llegaron a la idea de una existencia que no es imaginaria y que se mantiene en el tiempo.
Unión hipostásica
La noción de hipóstasis también aparece en el terreno de la religión cristiana para nombrar a las personas de la Santísima Trinidad.
En este caso religioso, la hipóstasis es la sustancia singular de cada una de estas tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo), que comparten una esencia inmaterial en común. Expresado de una manera diferente, la Santísima Trinidad se compone de tres hipóstasis.
La unión hipostática, en este marco, es la Encarnación. Se trata de la convivencia de la naturaleza divina y la naturaleza humana en Cristo.
En medicina legal
La medicina legal, por otra parte, también recurre al término. En este contexto, las hipóstasis son las manchas de color rojo que surgen en el dorso de los cuerpos sin vida debido a la acumulación de sangre.
La hipóstasis visceral es uno de los cambios que se registran en el cuerpo post mortem. Este fenómeno se produce a partir del acopio de sangre en los pulmones, los intestinos y otras vísceras, que adquieren una tonalidad rojiza por esta particularidad.