Las palabras homógrafas son aquellas que se escriben igual pero tienen diferente significado. Esto quiere decir que comparten grafía aunque aluden a cuestiones diferentes.
A la condición de homógrafo se la denomina homografía. La composición de este término ayuda a comprender a qué apunta el concepto: el elemento compositivo homo- hace mención a lo que es “igual”, mientras que grafía es el modo de representación o de escritura de los sonidos.
Las palabras homógrafas y la homonimia
La homografía, como se puede advertir, resulta similar a la homonimia. Mientras que las palabras homógrafas se escriben de la misma manera, los homónimos se pronuncian de forma idéntica, aunque su significado difiere.
Puede afirmarse que la homografía es un tipo de homonimia. En nuestro idioma, las palabras homógrafas siempre son homófonas. Sin embargo, esta particularidad no se mantiene en todas las lenguas.
Igualidad de sonido y/o de grafía
Es importante explicar el significado de la homofonía. En el ámbito de la lingüística, dos palabras son homófonas si tienen el mismo sonido, aunque puedan diferir tanto en su grafía como en su significado. Si pensamos en la tercera persona singular del verbo tener, tuvo, podemos decir que ésta y tubo (una pieza hueca y generalmente de forma cilíndrica) son palabras homófonas, ya que en nuestra lengua no pronunciamos la V y la B de forma diferente.
Este ejemplo nos sirve para aclarar que la mayoría de los hispanohablantes pronunciamos estas dos consonantes de la misma manera, aunque su confusión en la escritura suponga un error ortográfico meritorio de un descenso en las calificaciones académicas e inaceptable en una publicación tal como un libro o un periódico. La historia de estas dos letras y sus antiguas diferencias se remontan al latín, pero en la actualidad no es correcto distinguirlas al hablar, algo que vuelve especialmente difícil aprender adecuadamente las palabras que se escriben con ellas.
Ejemplos de palabras homógrafas
Vela (la pieza de parafina o cera que, al encenderse su mecha, se usa para alumbrar) y vela (los paños o lonas que, fijados a una embarcación, permiten su desplazamiento al recibir el viento) son ejemplos de palabras homógrafas. La escritura de ambas es idéntica: las dos palabras tienen las mismas cuatro letras, en el mismo orden (v-e-l-a). Para entender a qué se refieren, se necesita prestar atención al contexto.
Copa (el vaso que dispone de pie y se utiliza para beber) y copa (el sector superior de un árbol, formado por sus ramas y sus hojas) también son homógrafas. Si se expresa que alguien bebió una copa de vino, se piensa en el primer significado por cómo se construyó el discurso.
Otras consideraciones
La homografía puede parecer un simple fenómeno que no supera la importancia de una coincidencia trivial, o incluso un obstáculo en el correcto aprendizaje del idioma. Sin embargo, en manos de una persona dedicada a la lengua puede convertirse en una herramienta versátil para crear textos ingeniosos y coloridos. De hecho, también en el habla pueden usarse (si nos apoyamos en el hecho de que estas palabras también sean homófonas) para elaborar oraciones con doble sentido con fines humorísticos, por ejemplo.
Cuando comparamos términos de dos idiomas diferentes, los casos de homografía pueden llamarse falsos amigos, algo que suele estudiarse entre el inglés y el español. En este caso, también difiere el significado, por lo cual nunca deberíamos asumirlo simplemente por su similitud.
El concepto de homografía en la geometría
Lejos de la lengua, el término homografía también se usa en el terreno de la geometría, donde sirve para dar nombre a cualquier transformación proyectiva a partir de la cual dos figuras geométricas planas son correspondientes, de manera que a sus puntos y rectas les corresponden puntos y rectas de la otra.
Entre las transformaciones homográficas más comunes se pueden mencionar la simetría, la homología y la traslación.