El verbo hostigar, derivado del vocablo latino fustigāre, se emplea para aludir a la acción que consiste en golpear con algún tipo de instrumento para lograr dispersar, amontonar o desplazar. Es posible hostigar con un látigo, una fusta, un rebenque u otro elemento.
Actualmente, de todos modos, la idea de hostigar suele vincularse a atacar o molestar a alguien con insistencia. Quien hostiga, por lo tanto, acosa, persigue o asedia a su víctima. Por ejemplo: «Un joven fue detenido por hostigar en las redes sociales al hijo de un famoso cantante», «El dueño de la fábrica solía hostigar a los trabajadores extranjeros», «El gobierno no debería hostigar a los empresarios, sino ayudarlos a crecer».
Hostigar, en definitiva, supone un comportamiento ofensivo. El hostigador, por lo general, pretende molestar o perturbar a otra persona, que se siente amenazada o conmocionada por dicha conducta.
Hostigar implica molestar o atacar a alguien de manera insistente.
TemasDiversos modos de hostigar
Es posible reconocer diferentes tipos de hostigamiento. El hostigamiento sexual se produce cuando alguien realiza propuestas o insinuaciones de índole sexual que generan una presión o incomodidad en el receptor. Cuando un empleador aprovecha su poder para invitar insistentemente a cenar y a participar de actividades extralaborales a un empleado que se niega a aceptar, no está haciendo otra cosa que hostigarlo, y esto debería ser denunciado en cualquier caso y llevado ante la ley.
El hostigamiento religioso, en tanto, consiste en incomodar a un individuo por sus creencias. Un entrenador que se burla de la fe y de los rituales religiosos de un jugador delante de todos sus compañeros está incurriendo en hostigamiento.
Es importante tener en cuenta que, dependiendo de las características y el contexto, hostigar puede convertirse en un delito. El hostigamiento laboral, por citar un caso, es penado con la cárcel en algunos países.
El acto de hostigar puede provocar un gran daño en la víctima.
Sinónimos
Para entender este término en mayor profundidad, podemos valernos de los diversos sinónimos que nos ofrecen los diccionarios. Entre la extensa lista de palabras que podemos usar para sustituir el verbo hostigar cuando tiene una connotación de daño físico, destacamos los siguientes: fustigar, vapulear, azotar y castigar.
Por otro lado se encuentran los diversos sinónimos que sirven para reemplazar el verbo hostigar en sus acepciones simbólicas, como las mencionadas en algunos de los párrafos anteriores, como el ejemplo del acoso laboral y el de las burlas por cuestiones religiosas al jugador de fútbol. Veamos, por lo tanto, otra lista de sinónimos para este término: asediar, acosar, perseguir, fastidiar, incordiar, sitiar, atacar, pinchar y hostilizar.
Hostigar, una acción que provoca daños
En definitiva, hostigar a una persona no sólo es un acto de injusticia sino que puede provocarle graves problemas en diversos planos. Recibir este tipo de trato puede conducirnos a sentir vergüenza de nosotros mismos, miedo de salir a la calle o de encontrarnos con otras personas, en especial cuando la víctima es un niño o un adolescente. La humillación durante estas edades tan críticas para el desarrollo de la personalidad puede dejar marcas imposibles de borrar, dolores que no sanen y una tendencia a la soledad que condicionen el resto de su vida.
En el ámbito escolar, un «abusón» puede hostigar a uno de sus compañeros usando diferentes tácticas, como ser agrediéndolo físicamente, robándole sus pertenencias de manera sistemática y sin temor a que lo sepa, inventándole diferentes apodos que sirvan para burlarse de sus defectos físicos o de su personalidad, e incluso amenazándolo con vengarse gravemente si se atreve a acusarlo con las autoridades.
Uno de los ingredientes más poderosos de esta retorcida receta para anular a una persona es la humillación pública: todas estas prácticas violentas tienen un efecto mucho más potente si se llevan a cabo delante de otros individuos, en especial si éstos no intervienen para ayudar a la víctima.
