Identidad es una noción que procede del latín tardío identĭtas. El término puede referirse al conjunto de las características que son distintivas de una comunidad o un individuo; a la conciencia que un colectivo o un sujeto tiene de sí mismo; o al hecho de ser quien se pretende o se busca.
Colectivo, en tanto, es un adjetivo que permite calificar a una agrupación de elementos o personas. Como sustantivo, refiere a un grupo cuyos integrantes pueden estar vinculados por diferentes clases de nexos.
Se denomina identidad colectiva a la conciencia compartida por los miembros de una colectividad o comunidad. El concepto se vincula a valores, rasgos, hábitos y prácticas que definen al conjunto en cuestión y lo diferencian de los demás.
Características de la identidad colectiva
La identidad colectiva está estrechamente vinculada al sentido de pertenencia. Para que esta identidad colectiva pueda forjarse, los individuos deben sentir que pertenecen al pueblo en cuestión y que sus vecinos, coterráneos o compatriotas son pares. Surgen, así, cuestiones que tienen que ver con la lealtad y la solidaridad.
Se puede afirmar que la identidad colectiva nace a partir de una combinación de la autopercepción individual (la persona entiende que es parte de la comunidad) y de las relaciones sociales (quienes componen el grupo establecen ciertos tipos de interacciones). Su desarrollo es histórico y comunitario: los seres humanos construyen un “nosotros” que los distingue de los “otros”.
De lo individual a lo grupal
Cuando las conductas y las costumbres individuales resultan semejantes o comunes en el seno de una agrupación, se establece la identidad colectiva. Los integrantes definen su propia personalidad en esa pertenencia y, a su vez, determinan la fisonomía del conjunto.
No se puede obviar la evolución del hombre en este desarrollo del ser humano como ser social. En la prehistoria, la supervivencia individual era complicada debido a las particularidades de los depredadores; agruparse, pues, se volvía indispensable para ganar fortaleza.
De aquellas tribus primitivas se pasó a agrupaciones mucho más complejas. La identidad colectiva, en este marco, también adquiere diferentes propiedades o alcances. Puede notarse la existencia de una identidad colectiva en una subcultura minoritaria o en una nación superpoblada, por mencionar dos posibilidades. Asimismo, una persona puede adscribirse a más de una identidad colectiva.
La subjetividad en la identidad colectiva
La importancia que se le concede a la identidad colectiva depende de cada persona. De una manera u otra, todos los individuos integran diferentes grupos con diversas idiosincrasias. El sentido de pertenencia, sin embargo, puede tener mayor o menor fuerza según el caso.
Podemos analizar lo que ocurre con el movimiento feminista. Muchas mujeres e incluso numerosos hombres se autodefinen como feministas y se identifican con postulados y principios relacionados con la búsqueda de igualdad de género y la lucha contra la violencia machista. Hay quienes llevan esta identidad colectiva a su individualidad y la asumen en la vida cotidiana (desde el discurso, la vestimenta, etc.), mientras que otros dicen sentirse parte del grupo pero no transmiten esa identidad grupal a sus acciones diarias.