Ígneo es un término que deriva del vocablo latino igneus. El concepto se emplea para nombrar a aquello que está vinculado al fuego.
Por ejemplo: “Los bomberos fueron alertados a la madrugada de la existencia de un foco ígneo en medio del bosque”, “El ígneo destruyó varias viviendas y dejó como saldo tres personas heridas”, “La explosión generó un proceso ígneo que recién pudo ser sofocado varias horas después”.
En el ámbito de la geología, se califica como ígnea a la roca que surge a partir de la solidificación del magma que se encuentra en el interior del planeta Tierra. Las rocas ígneas se producen cuando esa materia en fusión se enfría y, de este modo, se solidifica.
De acuerdo con el modo en el cual se produzca el enfriamiento, es posible diferenciar entre distintos tipos de rocas ígneas. Cuando dicho enfriamiento se genera sobre la superficie y de manera rápida, se habla de rocas volcánicas, también llamadas extrusivas o efusivas. En este caso, que se produce cuando un volcán entra en erupción, los cristales de la roca no pueden distinguirse a simple vista.
Si, en cambio, el proceso de enfriamiento es subterráneo y se desarrolla lentamente, las rocas ígneas reciben la denominación de rocas intrusivas o plutónicas y cuentan con cristales de gran tamaño.
La mayoría de las rocas ígneas son plutónicas, como el granito, la diorita y la tonalita. Entre las rocas ígneas volcánicas aparecen el basalto, la obsidiana y la riolita.
Se estima que cerca del 95% del sector superior de la corteza terrestre corresponde a rocas ígneas. Sobre ellas se distribuye una capa extensa de rocas metamórficas y rocas sedimentarias.
La importancia de las rocas ígneas para la geología es considerable, y esto se debe a las siguientes características:
* entre sus minerales y su química global proveen una serie de datos acerca de la composición del manto de la Tierra (una capa interna de la cual viene el magma que da origen a las rocas ígneas) y de las condiciones de presión y la temperatura que reinan en el momento en el cual se forma la roca o bien de la anterior, la que debió fundirse;
* la edad absoluta de las rocas ígneas puede averiguarse a través de diversos sistemas de datado radiométrico, un procedimiento que también se puede aplicar a restos orgánicos y minerales. De este modo es posible compararlas con estratos geológicos adyacentes y establecer una secuencia temporal de los diferentes sucesos;
* por lo general, sus rasgos se corresponden con los de un ambiente tectónico en particular, y esto da lugar a la reconstitución de eventos tectónicos;
* en ciertos casos bien definidos, las rocas ígneas tiene en su contenido depósitos minerales de gran importancia, como ser de uranio, estaño y tungsteno, los cuales se suelen asociar con platino, cromo y granitos.
A la hora de clasificar las rocas ígneas, una de las variables a tener en cuenta es su textura, la cual nos sirve para establecer la descripción de su aspecto general. Si bien la ciencia reconoce más, existen seis texturas fundamentales:
* vítrea: surgen a lo largo de ciertas erupciones volcánicas luego de que la roca fundida se enfríe rápidamente en la atmósfera;
* afanítica: también se denomina de grano fino y se caracteriza por tener cristales muy pequeños que impiden distinguir sus minerales a simple vista;
* fanerítica: para su formación es necesario que el magma se enfríe lentamente y a mucha profundidad;
* porfídica: sus cristales son grandes y se encuentran incrustados en una pasta de otros de menor tamaño;
* pegmatítica: el grano de estas rocas ígneas es muy grueso y los cristales que la forman superan el centímetro de diámetro;
* piroclástica: se parecen a las rocas sedimentarias y no están formadas por cristales.