La etimología de ignición nos lleva al latín moderno ignitio, a su vez derivado del vocablo del latín tardío ignīre (que puede traducirse como “quemar”). Se denomina ignición al proceso que pone en marcha una combustión.
Desprendimiento de energía
Cuando se produce la ignición de algo, por lo tanto, se genera una reacción química entre un material oxidable y el oxígeno. Esto hace que se desprenda energía y que generalmente aparezca una llama.
La ignición supone que el calor emitido en el marco de la reacción alcanza para que dicha reacción se mantenga. De esta manera, el material en cuestión se enrojece (si se trata de un elemento incombustible) o se enciende (cuando resulta combustible).
Se llama punto de ignición a la serie de condiciones físicas que se necesitan para que una sustancia combustible comience a arder en presencia de una fuente de calor y luego siga ardiendo cuando dicha fuente (conocida como fuente de ignición) es alejada. El punto de ignición se asocia a una determinada temperatura y presión.
Cuando las condiciones ambientales se consideran normales, suele hablarse directamente de temperatura de ignición: la cantidad de grados necesaria para que el combustible arda y su llama se conserve sin que sea necesario incorporar más calor exterior.
Sistema de ignición
Se conoce como sistema de ignición, por otra parte, al mecanismo que permite la activación y el control de la combustión de un combustible en el interior de una cámara. En el caso de un automóvil, por ejemplo, el sistema de ignición hace posible el encendido del motor. Dicho en términos más técnicos, su objetivo más importante es producir el encendido de la mezcla entre aire y gasolina, manteniendo los niveles de revoluciones por minuto sin importar la condición de carga que tenga el motor.
Para la transmisión de la corriente se necesitan la bujía y un cable de bujías, además del fenómeno que se conoce informalmente con el nombre de chispa. En pocas palabras, se usan circuitos electrónicos conectados con transistores a los que llega la señal del platino y se amplifica para producir el pulso de control en la bobina de ignición. La magnitud de corriente que usa el platino es escasa, y por esta razón no debemos preocuparnos por su duración, ya que solamente es necesario reemplazarla cuando se desgasta la leva de plástico.
Hablemos del sistema de ignición de los aviones. En el motor de pistón se lleva a cabo la transformación de la energía que se contiene en el combustible para que pase a ser energía mecánica. Esto tiene lugar a causa de la explosión en los cilindros de la mezcla entre aire y combustible antes mencionada. Para que la explosión ocurra es necesario el salto de una chispa en las bujías con un nivel de sincronía muy preciso. Una de las funciones del sistema de ignición es producir la energía que da lugar a dicha chispa.
Magneto o batería y bobina
Una clasificación de los sistemas de ignición nos presenta las siguientes dos posibilidades: los de magneto y los de batería y bobina. El primero se usa con frecuencia en motores de vehículos aéreos; el segundo, en cambio, es más común en automóviles, aunque el encendido electrónico lleva mucho tiempo imponiéndose sobre él.
El término magneto es muy particular, ya que puede usarse tanto en masculino como en femenino; se trata de un generador de electricidad que se usa principalmente en los motores de explosión. Si bien los dos sistemas funcionan basados en los mismos principios fundamentales, la magneto solamente necesita los cables conductores y las bujías, pero el otro exige varios componentes más.