Impostación es un término que procede del idioma italiano y que hace referencia a la acción y efecto de impostar. Este verbo, por su parte, se utiliza para mencionar el hecho de fijar la voz en las cuerdas vocales de manera tal que el sonido se emita sin vacilaciones ni temblores.
Por ejemplo: “La profesora de locución me dijo que tengo que trabajar en la impostación de la voz para ampliar mis registros”, “No me gusta la impostación que hace el artista en esta canción”, “La impostación de la soprano me sorprendió”.
La impostación en la música
La impostación es un concepto que se utiliza en la educación musical. Los profesores enseñan a los estudiantes todos los secretos del canto y del manejo de la voz, que es el sonido que se produce cuando el aire pasa a través de la laringe y hace vibrar las cuerdas vocales.
Puede entenderse la impostación como una técnica o un ejercicio que se realiza con la voz. El objetivo es situar la voz en la caja de resonancia para obtener el máximo rendimiento fonatorio con el menor esfuerzo posible. Para impostar la voz, es necesario coordinar la respiración con la emisión de los sonidos, mientras que se eliminan lo que los expertos definen como vicios vocales (una altura tonal incorrecta, la asociación de la voz baja con los sonidos graves y de los gritos con los agudos, etc.).
Con la impostación, la persona desarrolla un esquema vocal basado en el apoyo que la respiración le brinda a la voz. Así, al percibir y manejar las vibraciones sobre el cuerpo, el sujeto logra sacar el máximo provecho de las herramientas fonatorias.
La importancia de la respiración
En otras palabras, la impostación, también llamada colocación, consiste en dirigir de manera correcta la voz para que se combinen la respiración y la amplificación natural, de manera tal que se obtenga un sonido claro, afinado, rico a nivel tímbrico y lo suficientemente flexible como para encarar la interpretación de diversas obras musicales. Conseguir esto, por otro lado, es un objetivo que toma muchos años a las personas más talentosas, y que la mayoría de los aspirantes no alcanzan en toda su vida.
La respiración es considerada por muchos maestros de canto y cantantes profesionales como la base de esta disciplina; sin embargo, no todos están de acuerdo con tal afirmación. Si bien es cierto que respirar correctamente ayuda a cuidar la salud de las cuerdas vocales, mantiene adecuadamente oxigenado el organismo y permite reproducir pasajes virtuosísticos caracterizados por la imposibilidad de tomar aire durante varios segundos, el manejo del oxígeno no es en sí una garantía de belleza o destreza musical.
Los deportistas profesionales necesitan respirar adecuadamente, y esto también lo requieren ciertas disciplinas de meditación, lo cual prueba que la respiración no es exclusiva de los cantantes sino un rasgo propio de quienes desean aprovechar sus capacidades físicas al máximo; puede existir un cantante muy talentoso que no sepa respirar, pero de nada sirve el control del aire sin capacidad que pulir.
La impostación y la salud vocal
Según los principios de la escuela tradicional de canto, la mejor impostación para la voz evita por todos los medios cualquier esfuerzo enfocado en las cuerdas vocales; dado que no podemos ver el interior de nuestro cuerpo, para asegurarnos de estar colocando correctamente la voz debemos comprobar que el aire fluya suavemente por la garganta y choque contra nuestro paladar duro, de forma que nunca sintamos molestias luego de una práctica.
Además de la salud vocal que supone una correcta impostación, permite que el sonido se proyecte mucho más que a través de un manejo deficiente del aparato fonador; en pocas palabras, una voz bien impostada debería poder oírse a más distancia y con más claridad que un grito, incluso sin hacer uso de una gran intensidad.