Infraestructura verde es un concepto que refiere a obras que se desarrollan con una mirada ecológica y a estrategias centradas en la puesta en valor del medio ambiente para mejorar la calidad de vida de los seres vivos, realzar la importancia de la naturaleza y, en definitiva, cuidar al planeta.
Se trata de una noción, también definida en ocasiones como infraestructura natural o ecológica, que en el transcurso de las últimas décadas ha ido ganando protagonismo en los proyectos y trabajos de planificación urbana.
La catalogada como infraestructura verde urbana (IVU) se ha convertido en una aliada necesaria a escala internacional para, por ejemplo, hacerle frente a los efectos del cambio climático. Es una gran solución que le aporta a centros urbanos y metrópolis múltiples beneficios y los ayuda a afrontar diferentes amenazas y problemáticas meteorológicas de la manera más conveniente posible. En distintos rincones del mundo se está apostando por la infraestructura verde urbana, según se desprende de la realidad, para favorecer la biodiversidad, atenuar las consecuencias de sequías, mejorar la calidad del agua, mantener bajo control a la temperatura, etc.
Tipos de infraestructura verde
Si bien el concepto general se enlaza con la idea de hacer una planificación urbana ecológica, es posible reconocer varios tipos de infraestructura verde. Por un lado se distingue la ya citada infraestructura verde urbana (IVU), pero también es usual que se aluda a una infraestructura verde seminatural.
Las calles verdes, los bosques urbanos y los jardines verticales, por enumerar algunas referencias, se enmarcan en el primero de los conjuntos señalados. Los muros verdes y toda aquella obra con vegetación diseñada por el ser humano, en tanto, alimentan al segundo grupo.
Tampoco hay que perder de vista el perfil de la infraestructura verde vial, una expresión que se aplica a proyectos y obras de construcción y trazado de carreteras en los cuales se integran cuestiones de ingeniería, aspectos sociales y criterios ambientales. El objetivo es generar con dicho desarrollo urbano el menor impacto posible en los ecosistemas. Para ello se recomienda diseñar e implementar pasos de fauna y estructuras hidráulicas que posibiliten el normal desplazamiento de las especies que habitan en la región.
Importancia y beneficios
Son muchas las bondades de la infraestructura verde, por eso es fundamental informarse al respecto y saber cuáles son las limitaciones pero también las ventajas de esta clase de proyección, organización o configuración de entornos urbanos.
Según los especialistas en el tema, más allá del atractivo resultado visual que se obtiene gracias a los jardines verticales, a los techos verdes, a las terrazas ajardinadas y al arbolado urbano, con la infraestructura verde se mejora la resiliencia urbana.
La calidad del aire y del agua evidencian cambios positivos y el riesgo de padecer ciertas enfermedades (en especial, las vinculadas al aparato respiratorio) se reduce notoriamente, así como se consigue un descenso en el impacto de las islas de calor urbano apelando a la infraestructura verde.
Ella también es parte de las medidas esenciales para el control de erosión, la mitigación del cambio climático y conseguir seguridad hídrica. Favorecer la biodiversidad en la ciudad, la conservación de ecosistemas y la reducción de la contaminación urbana son otras de las contribuciones de la infraestructura verde.
Ejemplos de infraestructura verde
De prestar atención a anuncios y novedades que van saliendo a la luz en diferentes países se advierten muchos ejemplos de infraestructura verde.
En Santiago de Chile, por describir un caso concreto, nació Stgo+ Infraestructura Verde, un proyecto que aspira a instaurar un sistema de planificación y gestión territorial que contemple de forma integral al crecimiento económico, la protección del medio ambiente y al desarrollo urbano. Es un plan que busca abordar los espacios verdes tanto urbanos como periurbanos con el objetivo de constituir a Santiago como una urbe más saludable, eficiente, resiliente y equitativa.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en tanto, se han ido implementando y planificando acciones de infraestructura verde urbana. Aparecen como muestras de esta decisión de mejorar el paisaje y la calidad de vida dentro de la capital argentina la multiplicación de techos verdes y jardines verticales, la forestación urbana y el desarrollo de cada vez más espacios verdes públicos.
También es interesante saber que autoridades de la ciudad colombiana de Bogotá se reunieron con sus pares brasileños de San Pablo y acordaron una agenda de trabajo conjunto en vistas a proteger la biodiversidad y combatir los efectos generados por el cambio climático en base a la sostenibilidad y la conservación de la naturaleza.
En Quito (Ecuador), por otra parte, fue unánime la aprobación de una ordenanza verde-azul destinada a intentar adaptarse a la realidad climática de los últimos tiempos y bajar el porcentaje de riesgos asociados a fenómenos meteorológicos. Así, pues, se ha avanzado en tareas de reforestación, y en la recolección de residuos presentes en entornos naturales, por ejemplo.